De niña le agradaba obsequiar sus juguetes a los chicos de la calle. Su padre, Benito Lecaro, recuerda que los lanzaba por la ventana para que cualquiera que circule por el sector se los llevara.

“Desde pequeña sufría por la gente pobre, quería darles todo”, comenta.

Esa generosidad  llevó a Mariella Lecaro  a recibir en diciembre pasado el premio Donati, que se otorga en Italia a los doctores que han realizado labores humanitarias.

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El reconocimiento incluye un diploma,  4.500 euros y una beca para estudios de posgrado,  refiere su padre.

Esta guayaquileña de 40 años, que reside en Italia desde 1994, ha ejercido su profesión a beneficio de personas de escasos recursos.

Su trabajo en el cantón Yantzaza, Zamora Chinchipe (Ecuador), y en diferentes hospitales de Europa fue reconocido cuando los directivos del hospital D Gironcoli analizaran su hoja de vida.

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Su madre, Teresa Sandoval, relata que cuando Lecaro fue médica rural en el Oriente ecuatoriano, no solo atendió gratuitamente a los pacientes  sino que les impartió un curso de enfermería a los nativos de un pueblo cercano. “Eso también tomaron en cuenta a la hora de premiarla”, dice.

Actualmente, esta gineco-obstetra ecuatoriana labora en un dispensario médico de San Fior Di Sotto, en Italia.