Ocho inquietos elefantes sintieron que el tsunami se acercaba, empezaron a llorar, rompieron sus cadenas y corrieron a sus colinas, previniendo así a unos doce turistas extranjeros en la playa de Kao Lak, quienes salvaron sus vidas.

Los entrenadores lograron detener a los elefantes y hacer que subieran a los lomos a varios de los visitantes, que salvaron sus vidas pues la ola gigante penetró un kilómetro tierra adentro.

En Chinnakalapet, India, un perro salvó a Dinakaran, un niño de 7 años a quien llevó con empujones, ladridos y mordiscos, hacia arriba de una colina.
“Ese perro me agarró del cuello de mi camisa. Me sacó”, manifestó el niño.