El cine ecuatoriano comienza este año con novedosos estrenos al hacerse pública la película Jaque, una propuesta alternativa tanto en el contenido como en la realización.

Sin guión y con una planificación no convencional, Jaque fue rodada en siete días, en los que los actores improvisaron en lugares reales con extras reales y con sus propios diálogos.  Todo lo que se presenta en este filme ocurrió en ese mismo momento, insiste Gabriela Calvache, productora de la película, que se estrenará en cines de la capital ecuatoriana.

Jaque proyecta la relación de dos jóvenes, Christian y Juan Fernando, quienes a pesar de sus diferencias ideológicas, sociales y económicas mantienen una amistad que los une desde la infancia.

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Cristian es un ecologista extremista dispuesto a hacer cualquier nota por sus ideales. Juan Fernando no tiene ideales, solo intenta divertirse para olvidar sus días de reclusión en un centro de desintoxicación.

En las divertidas fiestas de fundación de Quito, la normalidad  y monotonía de estos muchachos da un giro cuando uno de ellos decide poner en juego la amistad.

El director de la película, Mateo Herrera, apuesta por un cine como medio de expresión social, sin prejuicios formales o comerciales.

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“Estoy a favor de un cine que se comprometa, que se contradiga, que cuestione y que despierte. Un cine que hable de nosotros desde un nuevo punto de vista. Un cine imperfecto, joven, impredecible y optimista, que nos invite a romper nuestras cadenas estéticas y morales”, indicó.

Jaque, de 62 minutos de duración, ganó el premio Proyecto en Marcha del I Festival Iberoamericano de Cine de Quito 2003, en el que compitió con cinco largometrajes internacionales.  Calvache indicó  que para la filmación de Jaque no se requirió financiación externa porque “es un proyecto sencillo, con poco personal en la producción y de un bajo presupuesto”, que no reveló.

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“Lo interesante de este filme fue su realización, su conformación. En Jaque no hubo un guión predeterminado, lo que existió fue un grupo de personas que deseaba contar una historia que fuese naciendo y creciendo in situ”, sostuvo.

Relató que el equipo de producción salía a la calle a rodar, improvisando la actuación, colaborando con ideas de cómo dar forma a esta película que nacía ante los ojos de todos. Como extras de la película, que se proyectará en febrero, participaron las personas que los realizadores encontraron a su paso.