Desde que el gran músico italiano Claudio Monteverdi (1567-1643) revoluciona la música en el Renacimiento, el estilo polifónico, conservador e impersonal de Palestrina –que encajaba perfectamente con la ideología de su patrón, el Papa– dejó de dominar el ambiente musical.

Monteverdi inauguraba un estilo nuevo de ópera: tempestuoso y emocional, donde el uso audaz de los solos, acompañados por la orquesta de fondo, sirvió para excitar y exaltar las pasiones de los individuos en contraposición a los “cantos gregorianos” que lograban calmar, hipnotizar y sumerger la individualidad del oyente; fortaleciendo el status quo medieval.

La ópera de Monteverdi sirvió de carambola para enriquecer otros campos artísticos como el teatro, la poesía y la danza que estaban prohibidos por la Inquisición. Uno de los cantantes que colaboró con esa revolución fue el florentino Vicenzo Galilei (1520-1591); padre del famoso astro-físico Galileo Galilei. El virtuoso cantante dominaba la “modina”, estilo solista de canto que luego se denominó “aria” en la ópera de los futuros compositores.

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Y este estilo solista de canto fue lo que se presentó en el auditorio del Conservatorio Sergei Rachmaninov la noche del jueves 16 de diciembre. Arias de distintas óperas de famosos compositores europeos como Mozart, Haendel, Gluck, Puccini y otros, fueron interpretadas por las nuevas voces de Guayaquil. El tenor Silvio Loor, las sopranos Yasmine Yaselga y Martha Coello y otros, demostraron un dominio en la técnica del bel canto, bajo la instrucción de la profesora Irina Galik, acompañados por dos pianistas virtuosas: Larisa Vasilieva y Aliona Dziouba. El trabajo de cada solista estuvo bien afinado y con una modulación recitativa y declamatoria propia para cada tema. Aplausos.

Sin embargo, como sugerencia para el futuro, se debería incluir en el repertorio del programa a compositores latinoamericanos. Hubiera sido hermoso escuchar arias de la Cantata para la América Mágica del argentino Alberto Ginastera, por ejemplo. Y digo esto, porque en la mayoría de los conservatorios de educación musical de la ciudad, solo se toman en cuenta compositores europeos; a pesar de que en América Latina hay grandes maestros como H. Villalobos, A. Roldan, S. Revueltas, L. H. Salgado y muchos más.