Bush y la reina Isabel II aprovecharon la Navidad para enviar mensajes a sus soldados.

Los cristianos de todo el mundo celebraron ayer la Navidad con plegarias del papa Juan Pablo II en favor de la paz y de un futuro más tranquilo, mientras miles de peregrinos se dirigieron a Belén y los iraquíes se mantuvieron alejados de las iglesias por temor a ataques dinamiteros.

En otros países como en Australia, las familias festejaron en la playa; hubo quienes se reunieron en sus casas y festejaron en las calles.

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En Belén, la distensión en las relaciones entre israelíes y palestinos hizo que miles de peregrinos más llegaran al sitio donde según la tradición nació Jesús, aunque fueron menos que en la década de 1990.

El patriarca Michel Sabbah, el funcionario de la Iglesia Católica más importante en la Tierra Santa, pidió a los israelíes y palestinos que dejaran atrás  la violencia.

El líder palestino interino Mahmoud Abbas asistió al servicio eucarístico. Aquella noche fue la primera vez que los directivos de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) participaban en esta celebración religiosa en los últimos cuatro años de conflicto.

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Desde las Navidades del 2001, Israel impedía que el presidente Yasser Arafat, fallecido el pasado noviembre, viajara a Belén para participar en los ritos cristianos, ante el temor de que alentara la violencia.

En Iraq, solo pocos cristianos asistieron a las misas eclesiásticas por miedo a que los milicianos islámicos atacaran.

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Mensajes
En Estados Unidos, el presidente George W. Bush emitió un mensaje para los soldados de su país, pocos días después de que un ataque contra un comedor en la ciudad iraquí de Mosul mató a 14 militares.

La reina Isabel II de Gran Bretaña también habló con los soldados de su país, para lo cual envió un mensaje pregrabado. La soberana elogió el coraje y el compromiso de la tropa y le dijo que estaba orgullosa de sus esfuerzos en sitios de conflicto.

El rey español Juan Carlos utilizó su mensaje para rendir tributo a las víctimas de los ataques a los trenes de Madrid de marzo pasado.

Los cubanos festejaron Navidad con discreción y modestia sin la algarabía que impera en numerosos países.  En Cuba esta fecha religiosa dejó de ser oficialmente feriado durante 28 años –entre 1969 y 1997–. Ese último año se restableció en consideración a la visita que realizó posteriormente el papa Juan Pablo II, en enero de 1998.

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“Más que por fe religiosa venimos porque no tenemos muchos lugares a donde ir. Aquí conversamos con la gente del barrio y después cada uno cena en su casa”, dijo Susi, una estudiante de 23 años.