Cada vez más  ávido por reciclar éxitos ajenos, Hollywood apresura el ritmo para enfrentar nuevas versiones o remakes de filmes sobre los cuales vislumbra buena proyección, obviamente con previo ajuste a los gustos del público norteamericano, recurriendo a juegos almibarados y moralejas localistas. Es el caso de ¿Bailamos? (Shall we dance?), flamante adaptación de una popular película japonesa del mismo nombre, rodada en 1995.