La publicación que hicieron el miércoles 22 sobre la gastronomía ecuatoriana me llevó a confirmar la realidad de la dimensión de nuestra cultura ecuatoriana. No obstante, observo con tristeza cómo nuestro país no cultiva ni desarrolla sus tradiciones autóctonas. Para citar un ejemplo de la época, todos estamos imbuidos en la celebración navideña. Nos preocupamos por armar un árbol con simulación de nieve, adornamos nuestras casas y negocios con renos, Papá Noel, bastones, y  otras cosas que son producto de la importación cultural. En el mercado se ofrecen los pavos americanos como el manjar más exquisito.

Los ecuatorianos deberíamos valorar nuestras raíces y tradiciones. Y para lograrlo necesitamos que los medios de comunicación y las empresas publicitarias den prioridad a lo nuestro. Que promocionen adornos navideños y comidas típicas de nuestro país.

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La globalización tiene sus efectos, pero, por favor, no dejemos que se pierdan nuestras raíces y cuidemos nuestra identidad cultural como país.

Carlos Miranda
Guayaquil