El peligro de sufrir una muerte prematura aumenta de manera considerable entre las mujeres obesas en comparación con las de peso normal, revela un estudio que publica este jueves, la revista "New England Journal of Medicine".
 
Por otra parte, añade que el ejercicio regular no es suficiente para impedir los problemas de la salud vinculados al exceso de peso.
 
El estudio indicó que las mujeres que realizan ejercicios menos de tres horas y media a la semana corren un peligro de muerte prematura superior en un 91 por ciento al de las que mantienen una actividad física mayor. Entre estas últimas, el riesgo es de un 55 por ciento.
 
Más aún, para las mujeres obesas que no realizaron ningún tipo de ejercicio la tasa de muerte prematura fue superior a la de las mujeres con un peso normal en un 142 por ciento, señaló el estudio.
 
El estudio aclaró que los ejercicios regulares no bastan para impedir los problemas cardiovasculares vinculados directamente a la obesidad.
 
En años recientes, la recomendación generalizada en la comunidad médica ha sido que el ejercicio es el mejor remedio para reducir de peso y por consiguiente minimizar los peligros para la salud. También se recomienda un menor consumo de grasas, sal y azúcar.
 
Sin embargo, el estudio realizado entre más de 116.000 enfermeras durante 24 años parece desmentir en parte esa afirmación, según Frank Hu, investigador de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard.
 
El investigador explicó que aunque el ejercicio no parece contrarrestar totalmente los riesgos para la salud derivados de la obesidad, es evidente que, en conjunto, tanto el peso normal como el ejercicio son clave para la longevidad de una persona, hombre o mujer.
 
Añadió que quienes son delgados pero sedentarios deben hacer ejercicios de manera regular aún cuando no pierdan peso.