La deficiencia de yodo sigue siendo un problema de salud pública y afecta a mujeres embarazadas y niños en edad preescolar, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los afectados en menor o mayor grado suman 2.000 millones, indica la publicación ayer en Ginebra.
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En los últimos diez años se redujo a la mitad el número de países con problemas de carencia de yodo, dice el informe, lo que ocasiona incremento de mortalidad perinatal (entre la 2ª semana de gestación y el 7º día después del nacimiento) y el retardo mental, en casos extremos.