La cantante Rocío Dúrcal acaba de ser nominada a los Grammy por Alma ranchera, un premio para el que compitió sin éxito en otras tres ocasiones y que acabarán dándole, según confesó ayer, “por aburrimiento”.

En este trabajo, dedicado íntegramente a las rancheras, la artista española interpreta muchas de las más populares y “queridas” por ella, pero desde una “visión más fresca”. “Llevo más de 20 años cantándolas y tenía que dejar constancia para la posteridad. No es que me vaya a retirar, pero había llegado el momento de hacerlo, porque después de tantos años cantando con mariachis, tenía que grabarlo”.

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Dúrcal está a punto de concluir el tratamiento contra el cáncer que padece, enfermedad que, de momento, la tiene alejada de los escenarios. “Aquí estoy, subsistiendo a todas estas cositas que me pasan”, aseguró Rocío, resignada, pero siempre alegre, porque ni la enfermedad es capaz de terminar con su sonrisa.

Alma ranchera (Sony-BMG) ofrece trece clásicos escritos por José Alfredo Jiménez, como La media vuelta y Amanecí en tus brazos; de Cuco Sánchez, Fallaste corazón; de José Ángel Espinosa Ferrusquilla,  Échame a mí la culpa; de Tomás Méndez Cucurrucucú paloma; y de Antonio Valdés Herrera, Esta tristeza mía.

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También incluye temas de Luis Demetrio, Juan Neri, Rubén Fuentes, Paco Michel y el inédito Vete a volar, compuesto por Tres de Copa. “Es un guapango, un estilo que me gusta porque se parece a las bulerías”, dijo la cantante, quien aunque no volverá aún a los escenarios ya piensa en grabar un nuevo CD.

María de los Ángeles de las Heras, su verdadero nombre, comenzó su carrera como Rocío Dúrcal –seudónimo que tomó de un pueblo del sur español– en 1961.