Autoridades de la planta comenzaron a comprar terrenos en los alrededores del lugar para lograr su objetivo.

La planta de refinación de petróleo más grande del Ecuador, la Refinería Estatal de Esmeraldas, que procesa 110.000 barriles diarios de crudo, tendrá su propio bosque protector que la aislará de las áreas urbanas de la ciudad de Esmeraldas, anunció el superintendente de la planta, coronel (sp) Renán Boada.

La Refinería está ubicada hacia el suroeste de Esmeraldas, tiene un área total de 169 hectáreas, de las cuales solo 60 son ocupadas por las instalaciones petroleras, mientras que las 109 hectáreas restantes pertenecen a un bosque natural, que se mantiene virgen, pero que no da protección directa a la ciudad.

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Desde hace diez años los asentamientos urbanos han crecido en la zona sur y las ciudadelas se acercan peligrosamente hacia la refinería, por lo que las autoridades de la planta decidieron frenar la población de las áreas aledañas a la refinería, comprando los terrenos adyacentes para sembrar árboles.

La Refinería ha sufrido incendios graves, uno de ellos comprometió a una piscina de desechos de residuos de combustibles ubicada a 100 metros de la central térmica Esmeraldas, vecina de la planta de refinación.

Boada dijo que el primer paso ya se dio, cuando se le compró al Vicariato Apostólico de Esmeraldas las 200 hectáreas aledañas a la planta, donde funcionaba un centro educativos para jóvenes llamado Ciudad de los Muchachos.

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Además, se compraron otras 8 hectáreas pertenecientes a la Asociación de Ganaderos de Esmeraldas. “Toda el área será cercada y en ella se sembrará un bosque nuevo, con especies nativas de la región para que la Refinería se aísle de las áreas urbanas con un bosque protector”, dijo  Boada.

Los ingenieros de Petroindustrial, empresa filial de Petroecuador y encargada de la Refinería, realizan un estudio de las especies de árboles que crecen en la zona que tengan mayor resistencia al fuego. De hecho, ya hay dos especies seleccionadas, dijo Boada, quien no dio detalles sobre ellas.

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La siembra de un bosque protector solamente separará a la planta industrial del área urbana, pero no protege a la ciudad en caso de un desastre. Basta recordar lo ocurrido el 26 de febrero de 1998, cuando se rompió la tubería del poliducto y miles de galones de gasolina se derramaron a un canal de drenaje que llevó el combustible hacia los ríos Teaone y Esmeraldas, ocasionando una explosión y un incendio de gran magnitud.

Hubo 18 muertos y más de 100 heridos y por este accidente la Primera Sala de lo Civil y Mercantil de Pichincha sentenció a Petroecuador al pago de 11 millones de dólares a los habitantes del barrio Propicia 1, como indemnización por los daños ocurridos.

Por ello que el proyecto contempla crear un área de seguridad más amplio, que involucre el margen izquierdo del río Teaone, donde tampoco se permitirán nuevas edificaciones.

Está en estudio la reubicación de algunos locales que existen junto a la planta en el lado oriental, para lo cual hay conversaciones con los propietarios para que accedan a vender los terrenos.

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