Notas de amor garabateadas cubren los muros alrededor del pequeño balcón de mármol donde se dice que la mítica Julieta desfalleció por Romeo, pero la ciudad de Verona quiere que los visitantes enamorados se envíen mensajes digitales en aras de la conservación.
 
Las autoridades de Verona, la ciudad en el norte de Italia cuna de los amantes más famosos de la literatura, dijeron que miles de notas, a menudo garabateadas en papeles de caramelo pegados con chicles, están destruyendo esta casa del siglo XIII.
 
"Es el momento de limpiar el edificio, porque la gente no sólo está escribiendo en los muros del arco de entrada, sino que está pegando notas en las paredes con chicle", dijo Francesca Tamellini, responsable de turismo en el Ayuntamiento de Verona.
 
"Ha llegado a ser realmente desagradable", agregó.
 
Verona planea pedir a los visitantes que usen sus teléfonos móviles para enviar sus mensajes de texto a una pantalla gigante.
 
"Nos pareció la mejor solución. Esto atraerá a los jóvenes, que son los primeros que quieren enviar sus mensajes", dijo Tamellini, quien agregó que la pantalla podría estar lista para el próximo verano.
 
La casa de Julieta, en realidad una antigua posada, ha sido considerada tradicionalmente como el hogar de los Capuletos, su poderosa familia. Adquirida por el ayuntamiento hace un siglo, fue denominada oficialmente como "la casa de Julieta" en 1935.
 
El célebre escritor William Shakespeare, cuya obra del siglo XVI hizo famosos a los dos jóvenes amantes, probablemente nunca visitó Verona, pero los inocentes visitantes no se desalientan por ello.
 
Se cuentan por millares los turistas que visitan el patio, el balcón bajo el cual Romeo supuestamente proclamó su amor, así como una lánguida estatua de Julieta, de la que se dice que trae suerte a quienes no tienen pareja.
 
Muchos de ellos, deseosos de dejar su huella en el lugar, pintan cosas en trozos de papel o en el muro mismo con la esperanza de que quedan para la posterioridad.
 
"Me gustaría enseñarte, no a amarme, cariño, sino a decirme que me amas", escribió Chiara Cabassi, cuya carta fue una de las que ganó un premio del Club Julieta, una asociación local que colecciona cartas.
 
El club manifestó que la tradición data de 1937, cuando la primera carta dirigida a "Julieta, en Verona", fue encontrada por el guardián de su tumba.
 
"Hay un problema, todo estaba bien cuando la gente sólo escribía en los muros, pero después fueron los chicles, los papeles pegados e incluso no se pueden ver las paredes", dijo Giulio Tamassia, que dirige el Club Julieta.
 
"Sin embargo, los mensajes de texto parecen un poco extraños. No parece apropiado tenerlos relampagueando sobre una pantalla, y más importante,  cómo puedes responder a todos ellos?"