La actuación en casos de delitos flagrantes no está clara para todos los guardias privados.

Cuarenta puntos del norte, centro y sur de la ciudad son vigilados desde ayer por ochenta guardias de cuatro compañías de seguridad privada, como parte del plan Más Seguridad.

De entre ellos, los consultados por este Diario dijeron que su función es persuadir, observar y comunicar, pero no todos coincidieron en lo que deben hacer si se presenta un delito flagrante: unos dijeron que pueden perseguir a los delincuentes; otros, que solo deben alertar a sus superiores.

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Su centro principal de operación está en la central de radio de la Municipalidad, no de la Policía. El jefe del Comando  de Policía del Guayas, coronel Luis Cadena Albuja, advirtió que los guardias privados no tienen poder de actuar ante el cometimiento de un delito, y que si cometen algún abuso serán detenidos y puestos a órdenes de un juez competente.

Ochenta guardias pertenecientes a cuatro compañías de seguridad privada: Laar, Sesei, Seguire S.A., y  Mac Security vigilan desde ayer 40 puntos del sur, centro y norte de la ciudad, como parte del plan Más Seguridad que lleva a cabo la Municipalidad de Guayaquil conjuntamente con la Policía Nacional.

 “No estamos aquí para enfrentarnos a bala con la delincuencia, nuestra función primero es la de disuadir a los elementos sospechosos; el segundo punto es observar y comunicar, y  solo en última instancia, cuando el delito sea flagrante, actuar, tratar de repeler, por supuesto cuidando también nuestra integridad”, explicó Roberto  Lara,  de la empresa Laar, quien desde ayer vigila la intersección de las avenidas Carlos Luis Plaza Dañín y Francisco de Orellana, al norte.

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En cada uno de los 40 puntos, incluidos puentes y pasos a desnivel, hay dos guardias privados con una moto,  y cada uno de ellos está equipado con pistola, gas lacrimógeno, chaleco antibalas, radio motorola,  y una carabina (repetidora) para quien va atrás de la moto. En los puntos del Sur, realiza la vigilancia el personal de Seguire S.A.; en el Centro,  Mac Security; y en el Norte, Laar y Sesei.

En un recorrido que realizó este Diario, la mayoría de los guardias coincidió en que su función es la de vigilar y comunicar; sin embargo no todos coincidieron en la forma de actuar ante una emergencia como un delito flagrante por ejemplo.

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 “Si vemos a alguien robando, infraganti, vemos la forma como lo podemos agarrar y lo retenemos hasta que venga la Policía”, dijo Freddy Marriott,   de la empresa Seguire S.A., que vigila la intersección de las avenidas Domingo Comín y José Vicente Trujillo.

Marriott explicó que otra de las instrucciones que tienen es informar inmediatamente sobre algún acontecimiento.

Los guardias, incluso, según Darwin Fuentes, de la empresa Sesei, que custodia los alrededores del supermercado Santa Isabel, en La Garzota, pueden seguir en la moto a algún ladrón, “ pero siempre tenemos que pedir la autorización primero”.

Gonzalo Muñoz, guardia de Laar, quien vigila el paso a desnivel de la avenida del Periodista, entre los centros comerciales Policentro y San Marino, dijo que las disposiciones que recibió fueron que si se presentaba cualquier novedad en el sector debía dar aviso a la central de radio de su empresa.

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“Nosotros no estamos autorizados para perseguir a ladrones ni a disparar, en caso que veamos un  robo de un carro, por ejemplo, tenemos que avisar a la central y si es posible seguir a los delincuentes pero de lejos”, indicó.

En la central de monitoreo del plan Más Seguridad que funciona en el Municipio, donde está el centro de operaciones de comunicación entre Policía, Municipio, CTG,  Defensa Civil y Cuerpo de Bomberos, se ha agregado a los cuatro operadores de radio de cada una de las empresas de seguridad, explicó Andrés Roche, director de Justicia y Vigilancia del Cabildo.

De esa manera, los guardias avisan de cualquier suceso a sus operadores, que a su vez comunicarán el particular a la Policía y las otras entidades, que acudirán al lugar.

La presencia de los guardias privados no pasó desapercibida para la ciudadanía, quienes los observaban desde colectivos o vehículos particulares.

En Los Almendros, al sur, Jenny Sánchez, propietaria del local de comidas El mastique de Nicolás, festejó la medida.  “Me han robado cinco veces durante tres años; aquí ningún vecino está sin vacunarse de los ladrones, por eso estamos contentos”, comentó mientras observaba a Eddy  Cedeño, guardia de Seguire S.A., quien custodia ese sector.

Los turnos de los guardias son de 12 horas: de 7h00 a 19h00, y de 19h00 a 7h00.