Viktor Yushchenko, líder opositor de Ucrania (pro occidental), firmó ayer  un acuerdo para una solución negociada que obliga a sus partidarios a levantar el bloqueo a edificios gubernamentales, pero advirtió que permanecerán en las calles hasta que se elija la fecha para los otros comicios.

Después de conversar con el triunfador oficial de la segunda vuelta por la presidencia, Viktor Yanukovich (pro ruso), el mandatario saliente Leonid Kuchma y enviados europeos, Yushchenko propuso que se efectúen nuevas elecciones el 19 de diciembre para resolver la crisis política que afecta al país.

Hasta el momento se desconoce si Yushchenko pedía que se vuelva a efectuar la segunda vuelta del 21 de noviembre pasado, donde compitió con el primer ministro Yanukovich, o unas elecciones totalmente nuevas, en las que participen otros aspirantes.

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Sus partidarios presionaron para que se repita la segunda vuelta, mientras que Kuchma indicó que es necesaria una elección nueva.

Bajo el acuerdo que Yush-chenko firmó con Kuchma y los enviados, el bloqueo que ha paralizado al gobierno –al impedir el paso a los edificios de la presidencia y el gabinete– debe ser suspendido de inmediato.

El alto representante para Política Exterior de la Unión Europea (UE), Javier Solana, declaró ayer que la fecha de la eventual repetición de los comicios presidenciales en Ucrania no se podrá determinar antes de un mes.

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“Hay que hacer modificaciones a la ley electoral ucraniana para salir de la  crisis y la fecha de un nuevo escrutinio “no podrá ser fijada antes de un mes”,  explicó Solana, uno de los mediadores que relanzó el diálogo en  Kiev.

Según el acuerdo, se convocará inmediatamente a un grupo de abogados para que analice cambios en las leyes ucranianas.

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Al mismo tiempo, en la reunión multilateral el presidente del Legislativo, Vladimir Litvin, dejó claro que la moción de censura aprobada la mañana de ayer contra  Yanukovich no será revocada ni revisada y declaró que seguirá al frente del gobierno hasta que Kuchma decida si la aprueba.

Yanukovich rechazó la moción de censura calificándola de “ilegal” y adoptada con presiones de la oposición y la calle.