Oficiales del ejército de Estados Unidos en Irak fueron informados en diciembre del 2003 que se sospechaba que tropas de las fuerzas de operaciones especiales y personal de la CIA habían cometido abusos contra prisioneros iraquíes.
 
Un informe confidencial del ejército, confirmado este miércoles por funcionarios del gobierno de Washington, advirtió en diciembre del 2003 sobre vejaciones a los detenidos iraquíes por parte de las fuerzas militares estadounidenses.
 
"Es un indicio de que había señales de problemas y se tomaron acciones desde un principio, pero todo quedó sepultado después de la investigación (después de que se conoció el caso de las vejaciones en Abu Ghraib), pero todo fue ignorado", dijo un oficial del ejército estadounidense.
 
El informe confidencial que realizó el coronel retirado Stuart A. Herrington advertía que las prácticas de arresto y detención utilizadas por la CIA y otros soldados podrían ser "técnicamente" ilegales.
 
El reporte de Herrington detectó también que los integrantes de un grupo élite que incluía a agentes de la CIA vejaron a los detenidos en un centro secreto de interrogatorios en Irak.
 
El informe muestra que oficiales del ejército de Estados Unidos en Irak estaban al tanto de las posibles vejaciones de prisioneros al menos un mes antes de que supieran de los incidentes en la cárcel de Abu Ghraib, cerca de Bagdad.
 
Las fotografías de las vejaciones en la cárcel de Abu Ghraib, entre ellas abusos físicos y humillaciones sexuales, generaron una amplia condena.
 
Algunos detenidos "han mostrado lesiones que provocaron que el personal médico que los examinó señalaran indicios de haber sido golpeados", según el informe de Herrington.
 
Entre los equipos de interrogación había miembros de la Fuerza Delta, los Rangers y los SEALs de la Marina que trabajaban con agentes de la CIA, agregó.
 
Oficiales del ejército de alto rango, entre ellos el teniente general Ricardo S. Sánchez, quien estaba al mando de las fuerzas estadounidenses en Irak en ese momento, informaron de las vejaciones al Comando Central de Estados Unidos, dijo una fuente anónima del Pentágono al periódico Washington Post.
 
Una investigación de los altos mandos responsabilizó a la cadena de mando militar por crear las condiciones que permitieron que ocurrieran las vejaciones, pero solamente siete policías militares y un soldado de los servicios de inteligencia han sido  encausados hasta el momento.