La Feria de Toros de Quito continuará hoy con las actuaciones de César Rincón, Uceda Leal y Miguel Ángel Perera. Este último reemplaza a El Fandi, quien no pudo intervenir por un problema de salud. Los toros que se lidiarán serán de la ganadería ecuatoriana de Mirafuente.
La del pasado domingo fue una tarde de auténtica alegría y triunfo para el español Juan Antonio Ruiz Espartaco y el ecuatoriano Antonio Campana. Los dos se llevaron dos orejas cada uno y algo más que eso: la ovación de los aficionados.
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Espartaco y Campana salieron en hombros del ruedo, con festejo lleno de matices eminentemente taurinos: toreo depurado, serio, con maestría, pero también distendido, nostálgico y, a momentos, espectacular. Fue una tarde de reencuentros y felicidad, casi sin sobresaltos. Fue una tarde de gozo para los amantes de la fiesta brava.
La jornada tuvo varios escenarios: el rejoneo, el toreo del recuerdo y la lucha por brillar que impusieron las figuras de este arte.
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El festival se abrió con la frescura del rejoneo del portugués Diego Ventura, quien deleitó con un espectáculo colmado de habilidad, arte y emoción. Aunque su actuación no le alcanzó para un trofeo, tuvo como premio la ovación de la parroquia. Luego vinieron los españoles Roberto Domínguez y José Ortega Cano, dueños de una dilatada y exitosa carrera profesional en los ruedos. Exhibieron un elegante arte ortodoxo, metódico y sobrio.
Y entre quienes buscaron llevarse los trofeos estuvieron el español Espartaco y los ecuatorianos Campana y Diego Rivas, este último con mucha voluntad, pero sin suerte con su novillo.
Espartaco se mostró concentrado, valiente y decidido. Ensayó dos tandas de muletazos templados de ensueño. Hizo todo lo que estuvo en sus manos para agradar al público. Y ese esfuerzo le valió dos orejas.
El ecuatoriano Campana se paseó en el ruedo. Estuvo lucido con el capote y la muleta. Toreó rosando su cuerpo con el del astado. Muy seguro de sus condiciones, dominó totalmente a “Esmerado”, un novillo de la ganadería de Carlos Manuel Cobo. Exhibió maestría y él mismo colocó tres pares de banderillas de extrema exactitud y elegancia. Supo extraerle la bravura a su enemigo tanto que el público llegó a pedirle el indulto, lo que la autoridad no le permitió. Y una vez decidida la muerte del bicho, Campana clavó una estocada profunda y letal ante la pena del respetable por un encastado novillo que a su criterio merecía seguir existiendo. Dos orejas y el grito de Ecuador, Ecuador fueron sus premios.
Notas
Tarde
El domingo pasado emocionó tanto la actuación del ecuatoriano Antonio Campana, que los españoles José Ortega Cano y Roberto Domínguez ofrecieron un novillo extra para “sacarse el clavo” los dos. Fue un buen regalo porque los dos disfrutaron del festejo y también permitieron que Diego Rivas, Campana y Neptalí Caza Tortuga se lucieran.
Diego Ventura
El arte del rejoneo volverá mañana, con la intervención de Diego Ventura, quien realizará la segunda de sus tres salidas en el coso de Iñaquito.