Si la muerte temporal es la pérdida absoluta del pulso, la respiración y la actividad cerebral por un tiempo determinado, ¿cómo es posible que gran parte de las personas que han experimentado este fenómeno clínico tengan recuerdos de lo que “vivieron”? El tema es tan complejo como apasionante, fundamentalmente para los científicos, quienes recientemente han encontrado algunas explicaciones al asunto. La mente es aún una “caja de Pandora” que guarda más respuestas a los interrogantes del mundo de las que se cree.

Según las estadísticas recogidas entre pacientes cardíacos tratados en hospitales europeos, entre un 12 y un 20 por ciento de las personas que fueron resucitados después de sufrir muerte clínica manifestaron recordar que tuvieron experiencias paranormales durante ese tiempo. Muchos decían que tuvieron sensaciones de desdoblamiento y abandono de su cuerpo, que flotaban en el aire y podían observar desde allí su propio cuerpo tendido en la cama. Otros dijeron que veían un túnel muy oscuro y al final del mismo, una luz hacia la que se dirigían. Los menos, aseguraron que mantuvieron conversaciones o vieron a parientes fallecidos.

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Las investigaciones recientes apuntan a descartar que se trate de fenómenos sobrenaturales sino que confirmarían que ese tipo de sensaciones tendrían su origen en algún lugar de la mente humana. La revista Nature publicó que en el Hospital de la Universidad de Ginebra, Suiza, se provocó en una mujer epiléptica de 43 años la sensación de “fuera del cuerpo” mediante la aplicación de estimulación eléctrica en la zona del “gyrus angular derecho”, que es una estructura cerebral que está ubicada en el lóbulo temporal del mismo lado. Los científicos involucrados explicaron que cuando la estimulación eléctrica fue moderada, la paciente sentía que se hundía en la cama o que caía de las alturas, mientras que cuando se subía la intensidad, “ella se veía flotando a dos metros de altura, sobre la cama”. A partir de este hecho, los ensayos se repitieron con los mismos resultados.