Dieciséis niños y jóvenes transmiten sus emociones y deseos en cientos de estampas navideñas.

Las emociones y sentimientos de un grupo de 16 niños y jóvenes de Fasinarm (Fundación de Asistencia Sociopedagógica para Niños, Adolescentes y Adultos con Retardo Mental) están detrás de los diseños de cientos de tarjetas.

Cada imagen representa para ellos una experiencia vivida o una que ansían vivir.

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El Papá Noel sonriente con una bolsa de regalos, o las campanas con una paloma son algunos de los retratos que más le gusta pintar en la época de Navidad a María Alejandra Cedeño, una joven de 19 años que padece de discapacidad mental.

Sus dibujos son una muestra de su visión de la Navidad. Le gusta esperar en la Nochebuena los regalos y escuchar las doce campanadas de la iglesia.

Desde hace seis años, esas imágenes se plasman en las tarjetas que se venden al público en estos últimos meses del año.

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Pese a que comunicarse con ella a través de la palabra es un poco difícil porque se distrae fácilmente y su voz no es clara; su maestra de arte, Isabel Itúrburu, dice que la pintura es para María Alejandra su instrumento preciso para comunicar.

Esta joven de grandes ojos y de cuerpo grueso gusta de dibujar y colorear cuando está feliz y muy pocas veces lo hace cuando está triste.

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En una ocasión, recuerda, pintó en acrílico sus platos de comida preferida como tortas, pizzas y sándwiches.

Los elaboró en un día de práctica; pero se llevó una grata sorpresa cuando supo que sus cuadros se vendieron en una de las subastas que realiza Fasinarm al final del año para recaudar fondos.

María Alejandra comenta, mientras tapa sus ojos con las manos, que nunca le gustaría pintar el árbol de Navidad o el pesebre de Belén porque “no me gustan”.

Blanca Jara, de 14 años, no opina lo mismo. Ella disfruta de dibujar y pintar abetos con manzanas rojas, y a “la estrella de Belén como un cometa que llega en las noches a las casas de Guayaquil”.

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Este último dibujo es uno de los diseños de las tarjetas de este año.

Blanca comenta que lo mejor de esta actividad es sentirse contenta y orgullosa de sí misma. María Alejandra, en cambio, dice que le gusta ver a su papá Marcelo contento con los dibujos que ella hace.

Otros estudiantes como Luisa Acaupiña, de 14 años, sienten una inclinación por las figuras de ángeles y botas navideñas.

Su maestra Isabel explica que el gusto de Luisa es una muestra de su deseo: recibir regalos en esta Navidad y decorar su casa con ese objeto.

La niña ratifica la sentencia y dice que en estas fiestas le gustaría bailar, cantar, dar y recibir obsequios.

Su intención coincide con la de los 16 niños de esta delegación. Pero, añade que el mejor regalo será recibir besos y abrazos de sus familiares, maestros y personas.

Este grupo pinta además diseños para el Día de la Madre, del correo, del padre y para sus cumpleaños.

Las tarjetas se venden en los centros comerciales Riocentro sur y Ceibos, y Policentro. Cuestan $ 0,48 centavos.