La literatura latinoamericana  está influida por los escritores que firmaron en 1996 los manifiestos Crack y McOndo, donde pregonaron una tendencia a abandonar las temáticas bananeras y el realismo mágico.

Dos de los firmantes de esos manifiestos literarios, el mexicano Ignacio Padilla y el boliviano Edmundo Paz Soldán, participaron el domingo pasado en un coloquio en la Feria Internacional del Libro de Miami para hablar de los nuevos derroteros de las letras latinoamericanas.

Padilla dijo que los nuevos escritores han surgido cuando se ha desgastado el realismo mágico que puso de moda Gabriel García Márquez con Cien años de soledad, y se ha dejado a un lado la literatura precaria bananera.

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A pesar de las críticas que recibió por no ambientar sus novelas en México, Padilla reclamó el derecho a situarlas “donde me dé la gana y donde mejor le vaya a la trama”.

Padilla firmó el manifiesto ‘Crack’ (traducido como fisura o ruptura), con otros cinco escritores mexicanos: Jorge Volpi, Eloy Urroz, Vicente Herrasti, Ricardo Chávez Castañeda y Pedro Ángel Palou.

Estos dejaron bien en claro que no tienen nada en contra de García Márquez o Vargas Llosa, pero sí se oponen a los imitadores del boom latinoamericano y a la idea de que había que escribir siempre bajo la sombra del realismo mágico.  

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Paz Soldán, firmante del manifiesto ‘McOndo’ (conexión irónica entre Macondo y McDonald), expresó que se quiere eliminar la creencia de que el escritor debería estar siempre cerca del poder.