El papa Juan Pablo II dedicó ayer una oración especial a “todas las víctimas del terrorismo” y se mostró espiritualmente cerca de sus familias, en el Día de Todos los Santos y víspera del Día de Difuntos.
 
Con motivo de esta festividad el Pontífice dirigió, desde su ventana del Palacio Apostólico, el rezo del Ángelus ante los fieles congregados en la plaza  San Pedro del Vaticano, a los que invitó a rezar “por las almas más necesitadas de la misericordia divina”.
 
“Elevo a Dios una oración especial por  las víctimas del terrorismo. Me siento espiritualmente cerca de sus familias y, mientras pido al Señor que alivie su dolor, lo invoco por la paz en el mundo”, dijo.
 
Con voz bastante clara, Juan Pablo II recordó que la comunión de los santos “se manifiesta para los cristianos cuando la Iglesia peregrina en la tierra alza la mirada al cielo y se une, exultante, al coro de aquellos a los que Dios ha llamado a su gloria”.