A la medianoche este personaje recorre las calles y llega al cementerio en donde eleva plegarias.

“Levanten almas dormidas a rezar un padrenuestro y un avemaría, por el amor de Dios”. Estas palabras, pronunciadas por un persona que vestía de blanco y portaba una campana, rompieron la noche de ayer el silencio  en las calles y el cementerio de la parroquia Yaruquíes.

El personaje, conocido como animero, es representado hace 28 años por José Espinoza y es parte de una tradición que nació en la época de la colonia y se realiza en conmemoración del Día de los Difuntos (2 de noviembre).

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El animero aparece a la medianoche para rezar por las almas del purgatorio y hace sus recorridos desde el 24 de octubre.

Espinoza recordó que en la época de la Real Audiencia, en varios sectores de Chimborazo se introdujo un nuevo personaje en el día de los difuntos: el animero, que a la medianoche vestido de blanco, portando en sus manos una calavera humana, una Biblia, un fuete, un crucifijo y una campanilla, recorre las calles y el cementerio cantando en tono fúnebre.

Otros conocedores de las culturas ancestrales señalan que este personaje es más antiguo que la Colonia y que inclusive existen datos de que se trata de una de las celebraciones más arraigadas de la cultura Puruhá.

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Cementerio

El cementerio por nueve días se convierte en el lugar preferido para el animero. En las áreas rurales como Químiag, Cubijíes, Punín y el cantón Penipe, donde se mantienen las tradiciones, las personas al sentir el paso del animero a medianoche se levantan a rezar por los muertos.

“No solo se levantan a rezar, sino también para contar las novedades e inquietudes de la familia, lo que pasa con los políticos, con los gobiernos de turno, es decir, lo ponen al difunto al día sobre los acontecimientos ocurridos desde su partida o desde la última vez que lo visitaron en la tumba”, dijo Mayra Cajas, catequista de la parroquia Cubijíes.

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La presencia del animero también ha provocado el temor de las personas, especialmente turistas, que no conocen sobre esta costumbre.

En otras provincias de la Sierra, como Tungurahua, también se personifica al animero, que es acompañado por decenas de personas.

La novena del animero y el 2 de noviembre, sigue siendo para muchos chimboracenses un verdadero reencuentro con los antepasados.

FINADOS

COSTUMBRES
La presencia del animero, junto con la preparación de la colada morada y las guaguas de pan, son tres de las tradiciones que se mantienen en la provincia de Chimborazo.

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EN ZONAS RURALES
La presencia del animero se mantiene principalmente en las zonas rurales de la Sierra ecuatoriana. Durante su recorrido el personaje es acompañado por decenas de personas.

COMIDA Y REGALOS
En el Día de los Difuntos, una de las costumbres que se mantiene, es visitar los cementerios con comida, velas, coronas de flores y regalos para los difuntos.