El estreno de Shall We Dance? suena como una inocente invitación a bailar con Richard Gere, pero para Jennifer López es una oportunidad de desviar la atención de su vida personal a su carrera como actriz.

La película es una nueva versión del filme japonés del mismo título que en 1996 obtuvo 9,5 millones de dólares en la taquilla estadounidense, la cifra más alta jamás lograda por una cinta romántica en japonés.
 
En ella, Gere interpreta a John Clark, un abogado especializado en testamentos que parece tenerlo todo: dinero, familia y un matrimonio perfecto con Beverly (interpretada por Susan Sarandon).

Durante sus trayectos en tren se queda prendado con la imagen de Paulina (Jennifer López), una bailarina en crisis que le abre la puerta al mundo del baile de salón. 
 
Para López, casada con el cantante puertorriqueño Marc Anthony, el estreno de Shall We Dance? significa la recuperación de su carrera,  después que estuvo eclipsada el año pasado por la atención prestada a su vida personal. 
Como muestra, sus dos anteriores estrenos, Gigli y Jersey Girl, fueron víctimas de la fiebre ‘Jennifer’, por la relación sentimental que tenía con el también actor  Ben Affleck, que acaparaba la atención de los medios.

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Otra de las novedades de Shall We Dance? es que los productores eliminaron el tema Sway, que era parte de la banda sonora, y que ella interpretaba a dúo con su esposo.

“Es una película divertidísima que le gustará a todos”, aseguró la actriz.

“No sé lo que quieren decir cuando me comparan con Elizabeth Taylor, aunque supongo que es motivo de orgullo dada su carrera”, respondió López cuando la prensa quiso relacionar su vida tumultuosa amorosa con la de Taylor.

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“No hay que creerse todo lo que dicen de mí”, dijo la actriz para quitarle importancia a todas estas informaciones.

La revista Fortune acaba de valorar a esta estrella en 255 millones de dólares, una cifra que la convierte en la artista más rica entre las mujeres por debajo de los 40 años.