Las vías de ingreso a Jipijapa, por el lado del cementerio, son una muestra de cómo está este  cantón manabita de aproximadamente 155.000 habitantes: destruido y abandonado.

Calles llenas de huecos y polvorientas, bordillos y veredas deteriorados; desorganización de los informales; sin agua potable y con un alcantarillado deficiente, son una radiografía negativa para esta ciudad que en julio y agosto pasados fue centro de actos violentos por parte de la ciudadanía que pedía la salida del entonces alcalde Víctor Lucio Murillo, por presunta malversación de fondos municipales.

Lucio, quien participó en las elecciones del 2000 por el Movimiento Independiente Jipijapa, fue acusado  de haber mal utilizado 550 mil dólares destinados para la construcción de un hospital público. Lucio indicó  en julio pasado que el dinero se empleó en obras, pero la ciudadanía dijo que este nunca las hizo.

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Hubo paros, cierre de vías que comunican a Manabí con Guayas, por parte de un comité cívico presidido por Octavio Fuentes. La presión ciudadana llevó al Concejo Cantonal a destituir al alcalde, quien está prófugo.

Actualmente, el Municipio tiene un interventor (Víctor Vallejo) y el Concejo designó a Cristóbal Miranda Altamirano, del Partido Roldosista Ecuatoriano, como alcalde encargado.

Raúl Murillo Viteri, presidente de la cooperativa de taxis Sultana del Café, califica de nula la gestión de Lucio y señala que durante los casi cuatro años que estuvo al frente del Cabildo “nada hizo por la ciudad”.

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“No tenemos agua potable, hay caos por parte de los informales y mucha suciedad; los parques están descuidados, las calles son intransitables, poca iluminación y un alcantarillado pésimo”, señala.

Miranda reconoce que se ha hecho poco por la ciudad y considera justos los reclamos de la gente.

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Aspira, al menos, a mejorar las vías de acceso del cantón y en lo posible llegar a pavimentarlas. “Estamos readecuando la parte sur, pero la del norte va a demorar todavía porque necesitamos dinero”, sostiene el funcionario.

Añade que pedirá a la Junta de Recursos Hidráulicos (JRH) “colaboración para que la institución se encargue de la rehabilitación y reconstrucción de aceras y bordillos y la iluminación”.

Con respecto al agua potable, indica que espera resolver parte de ese problema con la llegada de una nueva planta. En caso de que no se logre, el próximo alcalde electo deberá darle solución, manifiesta Miranda.

PRÓXIMA ENTREGA: CANTÓN SANTA ELENA

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