Aquel estribillo “...y voy a pasármelo bien” que, a las 21h50 del sábado pasado, cantaba David Summers (del tema Voy a pasármelo bien), era el anuncio de lo que Hombres G tenía listo para ofrecer a las seis mil personas que acudieron al Jardín de la Salsa.

David Summers y los Hombres G la ‘pasaron bien’ en el escenario y supieron cautivar al público para que también la ‘pasara bien’.

Publicidad

A propósito, esa fue la primera canción del repertorio (preparado para esa noche) compuesto por 16 temas, durante dos horas.

La banda española, que surgió en 1983, no dio tregua a su público, que con la primera canción ya estaba ‘metido’ en el concierto. Por eso, las siguientes fueron El ataque de las chicas cocodrilo con su “has sido tú la que me dio el mordisco, has sido tú...”, después Una mujer de bandera.

Publicidad

A las 22h10 surgió la primera pausa, en la que Summers saludó al público con su característica voz nasal, la misma que tiene cuando canta.

Aunque a Hombres G muchos lo hayan encasillado en el género rock-pop para adolescentes, aquella noche en el Jardín de la Salsa, la banda española demostró que su música llega a todas las edades e incluso a quienes prefieren escuchar otras tendencias.  Eso de las ‘otras tendencias’ quedó reflejado con los saltos y coreo que hicieron algunos rockeros (de camiseta negra, con logos de grupos heavy metal como Iron Maiden).  Y lo de todas las edades fue porque en el concierto vibraron tanto los adolescentes (que empezaron a escuchar a los Hombres G por sus hermanos mayores) como los que pasan de los 30 años.

Al recital de Hombres G  acudieron algunos personajes de la televisión local, entre ellos estaban Vito Muñoz y su esposa Graziana Sampietro, Jorge Rendón, y otros.

Llegó el turno para las canciones Dejad que las chicas se acerquen a mí, Si yo no te tengo a ti,  Qué te he hecho yo, Te vi, uno de los temas más recientes que consta en el  disco Peligrosamente juntos, y Te noto.

Pero David Summers (voz y bajo), Rafa Gutiérrez (guitarra líder) y Javi Molina (baterista), los miembros originales de Hombres G, más los mellizos Jason (teclados) y Milton Paradise (segunda guitarra), no solo demostraron que pueden tocar buen rock and roll. Ellos también llegaron al corazón de las mujeres con baladas como Yo te necesito, Te quiero y Solo un par de palabras.

Era el momento para el romanticismo y la nostalgia, el pretexto ideal para besar a la pareja (quienes la llevaron al concierto) o para conseguir una en ese momento (en el caso de los más audaces).

Indiana  rompió ese momento de romanticismo en forma abrupta. Era el regreso del ritmo rocanrolero, que hizo saltar como grillos a los seis mil asistentes, quienes también aplaudieron a Dynamo, la banda local telonera.

Siguieron Visite nuestro bar y Martha tiene un marcapasos, una de las tantas canciones en las que Summers dejó de interpretar algunos estribillos para escuchar la participación de sus seguidores.  De esos, diez chicas lograron subir al escenario para abrazar y besar a Summers y Gutiérrez.

Hombres G amagaron con irse (el conocido recurso de todos los grupos para que el público les pida más).

Se apagaron las luces por unos segundos y cuando se encendieron Summer había dejado su bajo para cantar Temblando, acompañado por un cigarrillo en su mano derecha y el teclado de Paradise.

Y si Summers supo llegar a la gente con su voz nasal, Javi Molina no se quedó atrás. Dejó la batería para cantar No te puedo besar y después el inicio de  la solicitada Venezia.  “¿Creyeron que nos iríamos sin tocar  Venezia?”... preguntó Molina. De inmediato emuló  a los tenores, con un ‘dejo’ italiano para el estribillo “yo soy el Al Capone de la mafia...”.

En el repertorio de esa noche solo faltaba la clásica Sufre mamón, que cerró  el concierto en el que Hombres G y el público  ‘la pasaron bien’, tal como lo anunció Summers al inicio de su actuación.