Un solitario jubilado italiano que acudió a los avisos clasificados del diario para encontrar a alguna persona dispuesta a "adoptarlo" como abuelo finalmente está en camino al hogar de su nueva familia este fin de semana.
 
Giorgio Angelozzi, de 80 años de edad, ha vivido solo, en las afueras de Roma, desde que su esposa murió en 1992. Sus únicos compañeros han sido siete gatos.
 
Pero el mes pasado, tomó la decisión sin precedentes de postularse para la adopción a través del diario Corriere della Sera.
 
El periódico, el principal de Italia, no estaba satisfecho con haber colocado el aviso, y un día publicó un artículo de tapa sobre la situación de Angelozzi.
 
El maestro retirado se vio inundado por ofertas de familias de toda Italia, e incluso de lugares como Nueva Zelanda, Brasil y Estados Unidos.
 
Pero finalmente decidió ir a vivir con Elio y Marlena Riva, y sus dos hijos adolescentes en Bergamo, en el norte de Italia.
 
"Creí que nunca podría elegir entre tantas ofertas", dijo a Reuters Angelozzi, un hombre de barba blanca, durante las últimas horas en su simple apartamento de tres ambientes.
 
"Pero elijo a la mujer cuya voz me recuerda a la de mi esposa", añadió.
 
El pedido de Angelozzi tocó una fibra íntima en Italia, un país donde los lazos familiares juegan tradicionalmente un papel muy importante en la sociedad, y donde se ha visto hasta cuatro generaciones de una familia compartiendo el mismo techo o al menos viviendo en el mismo barrio.
 
Hoy, uno de cada cinco italianos tiene más de 65 años y casi la mitad viven solos, en parte debido a la mayor movilidad de las generaciones más jóvenes. Además, Italia tiene una de las menores tasas de natalidad de Europa.
 
Angelozzi viajará con Marlena Riva a Bergamo el sábado por la noche, para llegar a un nuevo hogar que tiene un jardín con manzanos, cerezos y granados, además de un perro beagle que se llama Pablo y que reemplazará a sus gatos.
 
"Me convertiré en un abuelo, ese es mi plan. Tendré el afecto de esta mujer que ya me está llamando papi y de los chicos que me llaman Abuelo Giorgio", dijo Angelozzi, que tiene una hija que trabaja en obras de caridad en el extranjero.
 
El ex maestro había dicho a las familias adoptivas potenciales que contribuiría con 500 euros (615 dólares) por mes para las expensas, pero los Riva dicen que ellos solo quieren un abuelo.
 
"Este abuelo necesita ayuda, y nosotros los necesitamos a él", dijo Marlena al Corriere. Los familiares de Marlena viven en su Polonia natal y los padres de su marido murieron recientemente.