Finding Neverland es una cinta que fue presentada en Venecia, fuera de concurso. La dirige Marc Forster y su principal protagonista es el estadounidense Johnny Depp.

Johnny Depp, actor que nació en Kentucky en 1963, volvió a presentarse el pasado sábado como el abanderado del cine independiente norteamericano al defender en la muestra veneciana su papel como James M. Barrie -escritor y guionista escocés, autor de la fábula de Peter Pan- en su última entrega, Finding Neverland.

El “toque personal” que tanto ama el actor llena esta reciente composición, con pincelazos trazados a la medida de algunos de sus mejores trabajos.

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La historia, dirigida por Marc Forster y ambientada en el Londres de 1904, recrea el viaje creativo de Barrie, que dio vida a este célebre clásico infantil, uno de los más famosos e influyentes trabajos de fantasía de comienzos del siglo XX, desde su primer momento de inspiración hasta el estreno de la obra en el teatro, basada en el texto literario. Una noche que cambiará la vida de este escritor y la de todos aquellos que tomaron parte en el proyecto.

Depp tiene criterios indescifrables a la hora de elegir los personajes que interpreta. Pero este, según él, le calzó como anillo al dedo. “Esto es lo que me pareció fascinante en Johnny”, señaló Forster. “Él encarna perfectamente a esa persona que nunca crece, que lleva siempre un niño en su interior, que es profundamente creativa”.

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“Precisamente por eso acepte este papel”, replicó Depp. “Creo que es esencial en estos tiempos dejar en nuestra vida espacio para la fantasía y la imaginación.
Estamos inundados de mucho consumismo y lo único que nos permite sobrevivir a esta avalancha es nuestra creatividad y esa capacidad para dejarnos sorprender por la ilusión y el encanto de la vida. Vemos hoy en la televisión los horrores que suceden en el mundo, la violencia y la miseria. Es el momento propicio para crear esperanza con la imaginación, cerrando los ojos y anhelando que surjan cambios”.

Lo apoya Kate Winslet, que aporta su glamour a la cinta como la bella viuda Silvia, madre abnegada de los cuatro pequeños que fueron fuente inagotable de ideas para Barrie. “Creo que es importante conservar algo de inocencia y ponerle un toque de magia a las cosas. Cuando era niña, soñaba en volar. Mi hermano y yo nos caíamos siempre de la cama en nuestros intentos. Lo gracioso es que mi hija ha heredado estos mismos impulsos. Por eso creo que la esencia de la historia de Peter Pan y esa necesidad de permanecer niños aun siendo adultos, seguirá trascendiendo a todas las generaciones”.