El italiano Valentino Rossi (Yamaha) ganó  ayer el Gran Premio de Portugal,  categoría MotoGP, undécima de  las dieciséis pruebas del Campeonato del Mundo de moto velocidad, disputada en  el autódromo Fernanda Pires da Silva, en Estoril, cerca de Lisboa, y aumentó su  liderazgo en el torneo.

El quíntuple campeón del mundo se acerca a su sexta  corona, la más inesperada de todas. El piloto Gauloises-Fortuna Yamaha se impuso al mando de su M1 por sexta vez en la temporada, en la undécima carrera  disputada.

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En segunda posición se ubicó el japonés Makoto Tamada (Honda), autor el  sábado de la pole, y tercero quedó el brasileño Alex Barros (Honda) delante del  español Sete Guibernau, cuarto, igual con Honda.

Como en sus mejores épocas, cuando estaba sobre la máquina que hoy usan sus adversarios de ayer, Rossi dominó ampliamente el Gran Premio  de Portugal, en el cual se impuso por cuarta vez consecutiva. Al frente, desde la primera de las 28 vueltas, no largó la punta, dominando la progresión del  japonés Makoto Tamada, el único que le podía hacer sombra en la prueba.

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Los reales adversarios que esperaba Valentino Rossi no estuvieron a la orden del día. El italiano Max Biaggi, tercero en el campeonato del mundo, se  autoeliminó de la carrera al título al caerse en la primera vuelta.  Entusiasmado por una buena largada, chocó contra la parte trasera de la Ducati de su compatriota Loris Capirossi.

Biaggi en el suelo, Capirossi siguió de largo para volver a la pista y  realizar un excelente final de carrera, la número 150 en la categoría reina.

Más inquietante fue la decepcionante actuación del catalán Sete Guibernau  (Honda), muy distanciado en la lucha Yamaha-Honda. Estuvo en cuarta posición,  incapaz de acercarse y atacar al brasileño Alex Barros (Honda); sin embargo, flojo desde el comienzo de la temporada, fue tercero.