El creador de Mafalda, el argentino Joaquín Lavado "Quino", asegura que la joven protagonista de sus tiras cómicas es hija del ambiente familiar en el que se formó y está inspirada especialmente en su "abuela comunista".
 
En una entrevista al diario italiano "La Repubblica", el dibujante afirma que en su casa había siempre discusiones entre su abuela, "comunista, una mujer muy simpática con un gran sentido del humor", y el resto de la familia, que era republicana.
 
"Ella era un cómic viviente, estaba constantemente hablando del Chile de Pinochet y de las atrocidades cometidas en Vietnam", señala el argentino, que participará a partir del miércoles en el festival literario de Mantua (norte de Italia).
 
Hijo de una pareja de inmigrantes españoles republicanos, Quino reconoce que sus diseños estuvieron además influidos por autores como Jorge Luis Borges, con su "extraordinario humor surrealista", y Julio Cortázar.
 
Está previsto que, durante su estancia en Mantua, Quino participe en seminarios y laboratorios literarios infantiles y acuda a la exposición itinerante "De viaje con Mafalda", que cuenta con 77 tiras cómicas y 50 ilustraciones que sintetizan la relación del artista con el mundo y la vida.
 
Los eventos coinciden con el 40 cumpleaños de esa niña de pelo oscuro y cara redonda llamada Mafalda, que hacía gala de una gran inteligencia e ironía.
 
Han pasado cuatro décadas desde su primera aparición, el 29 de septiembre de 1964 en "Primera plana", una revista semanal argentina, y aunque Quino dejó de diseñar este cómic en 1973, Mafalda sigue siendo un símbolo de rebeldía y contestación.
 
Aunque hay gente que habla de infanticidio, "esa palabra me parece muy fuerte, ya que no se puede matar a un dibujo", señala Quino al diario, al tiempo que asegura no hacer "ninguna diferencia entre Mafalda y el resto de mis trabajos, he continuado hablando de los mismos temas en otras tiras".
 
El argentino, que reconoce ser un "hombre infantil", apunta que ha tocado en sus diseños el mundo de la infancia por varios motivos, entre ellos porque considera el mundo de los adultos "gris y cruel".
 
"Una cosa inteligente, dicha por un adulto no tiene ninguna gracia, mientras que si la dice una niña todo cambia", añade.
 
Además, precisa, "para esquivar la censura es mejor que ciertas cosas no las diga una persona mayor".