El intérprete argentino confirmó que actuará en la Feria de Durán los próximos  9 y 10 de octubre.

“La vida decidió que sea artista y para mí eso es un privilegio”, sentencia el cantautor argentino Diego Torres. Y sí, al parecer,  en el camino del compositor  de piezas tan populares en Latinoamérica como Luna nueva y Color esperanza,  el arte estuvo siempre como esperándolo para que él sea uno de sus promotores.  Sus múltiples giras y discos de oro y platino han confirmado que está cumpliendo esa misión.

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La madre de Torres, Lolita Torres, quien falleció hace alrededor de año y medio, fue una de las actrices y cantantes más importantes de Argentina;  y –además– quien encauzó por el mundo de las tablas,  de la música y del cine a este cantante de 33 años,  que recibió clases de canto y piano desde los 5 años, según él afirma.

La noche del pasado miércoles, Torres estuvo en Guayaquil para actuar en el certamen Models New Generation. Confiesa que estar en esta ciudad le causa la misma felicidad que estar en cualquier sitio de Latinoamérica, porque “la gente de toda esta región me ha demostrado que las fronteras se rompen cuando de música se trata;  me siento muy dichoso de tener la posibilidad de viajar con mis canciones y que el público se las sepa y me transmita todo su cariño”.   

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En los seis discos que ha editado,  el músico ha coqueteado con diversos géneros, porque como  él dice “me gustan las fusiones,  tomar de los ritmos de cada país,  ir ensamblando melodías a base de corrientes que tienen que ver con América Latina y España,  para que todos mis seguidores se sientan identificados”.

Lo que sí ha sido una constante en su producción es el romanticismo y su positivismo,  ese afán de hacer que la gente no pierda la fe,  a través de las melodías. Para Torres, el artista debe  ser   responsable de hacer sentir bien a la gente.

Esta evidente sensibilidad del cantautor argentino para crear letras viene de la influencia que ejercieron en él algunos de los músicos a los que escuchó desde su adolescencia. “Yo fui criado con la poesía,  la fuerza y la música de personas como Rubén Blades, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina,  Juan Luis Guerra,  Charly García y  Fito Páez, que me enseñaron muchas cosas de la vida no solo a mí sino a muchísima  gente de mi generación”. También lo han influido  escritores como Mario Vargas Llosa, Gabriel  García Márquez y  Fedor Dostoievsky, además de muchos otros que lo han “atrapado con sus historias”.

Torres siente que la actuación -en la que incursionó muy joven- tiene un peso  muy  importante en su vida.  “Siempre estoy pendiente del cine, del teatro, de ir a ver lo que se está haciendo. Tengo  posibilidades de volver a actuar el año que viene y eso me tiene muy emocionado”. A esta forma artística la ama tanto como a la música,  solo que esta última le exigió mucho esfuerzo, “me obligó a  viajar para retribuirle a mi público el estar siempre pendiente de mí”.

El intérprete de Una gotita de amor no aspira a conquistar el mercado anglosajón,  “porque aún siento que hay mucho por darle a mi gente de habla hispana”.