La protección de las obras arte en Noruega fue criticada este lunes por ser demasiado permisiva, después de que unos ladrones armados con pistolas robaran las obras maestras de Edvard Munch "El Grito" y "Madonna" en una concurrida galería y se fueran por la puerta principal a plena luz del día.
 
La Policía dijo que estaban siguiendo pistas telefónicas después del robo el domingo, realizado frente a docenas de turistas en el Museo Munch. El coche utilizado en la huida y restos de los marcos de madera fueron encontrados abandonados después del tercer robo de obras de Munch desde 1988.
 
"Casi tan fácil como robar un quiosco", dijo el diario Aftenposten en su primera página. Los cuadros no estaban ni siquiera asegurados contra el robo. "Algunos de nuestros tesoros nacionales están protegidos demasiado mal", dijo el Dagbladet.
 
"El Grito", un símbolo de la angustia existencial que muestra a una figura frente un cielo rojo-sangre, es la obra más conocida del artista noruego, y la "Madonna" muestra a una misteriosa mujer morena con el pecho descubierto.
 
El pintor realizó varias versiones similares de ambas obras.
 
El museo tiene guardias no armados y los cuadros están colgados en la pared con alambres que hacen sonar una alarma en una comisaría cercana si se tira de ellos. En la galería no sonó ninguna alarma.
 
La Policía dijo que uno de los ladrones hablaba noruego. Noruega tiene varios grupos criminales que podrían estar interesados en hacerse con las obras, quizás para intentar cobrar un rescate del gobierno.
 
La mayoría de las especulaciones apuntaban a que los ladrones del domingo pedirían un rescate por unos cuadros que valen millones de dólares y son demasiado conocidos para ser vendidos abiertamente.
 
Fue el tercer robo de obras maestras de Munch desde 1988, cuando fue robado el "Vampiro". Noruega prometió reforzar la seguridad cuando otra versión de 1893 de "El Grito" fue robada por unos ladrones que simplemente rompieron una ventana de la Galería Nacional en 1994.
 
Ambas obras fueron recuperadas después.
 
"Tenemos que considerar todas las posibilidades", dijo Gunnar Soerensen, responsable del museo, cuando le preguntaron sobre las opciones de seguridad, como detectores de metal como los utilizados en aeropuertos a la entrada o protectores a prueba de bala como el que cubre la "Mona Lisa" en París.
 
"Tenemos que pensar en el público, manteniendo un museo abierto pero seguro contra el robo", dijo a Reuters. Añadió que estaba contento porque nadie había resultado herido.
 
Un experto en arte dijo que no había sombríos coleccionistas de arte que pudieran ordenar un robo de este tipo.
 
"No hay mercado y no hay un secreto Dr. No o Mr. Pez Gordo o nadie así en la jungla venezolana, o un Capitán Nemo en el Nautilus", dijo Charles Hill, un ex detective de Scotland Yard que ayudó a recuperar "El Grito" en 1994.
 
"Estos tipos roban estas cosas como trofeos y después no saben qué hacer con ellas", dijo a la radio pública noruega NRK.
 
El responsable de los robos de 1988 y 1994, ahora excarcelado, negó su implicación. "Las armas no son mi estilo. Yo siempre he utilizado los métodos de un caballero", dijo Paal Enger al Verdens Gang.