Las autoridades paraguayas descartaron ayer que el incendio del supermercado Ycuá Bolaños, ocurrido el pasado domingo y que dejó una cifra oficial de al menos 440 muertos, hubiese sido un atentado.

Un grupo de expertos del departamento de Justicia de EE.UU. que llegó desde Colombia inspecciona el lugar de la tragedia para ayudar a discernir las causas.

Especialistas extranjeros en catástrofes ayudan a reconstruir los cuerpos calcinados que restan por identificar, aunque la tarea de rescate de los cadáveres concluyó ayer, a pesar de que hay 152 personas reportadas como desaparecidas.

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El principal accionista del supermercado, Juan Pío Paiva, y tres guardias, están en prisión preventiva tras ser acusados por el juez de homicidio doloso, tras las denuncias de que ordenaron cerrar las puertas del supermercado para evitar que los clientes salieran sin pagar.

Entre el drama destacó una de las historias más conmovedoras de la tragedia: la de Enzo Bobadilla, un bebé de cuatro meses que fue salvado por el oficial de policía, Juan Duarte, quien lo encontró sobre una pila de cuerpos quemados.

El niño fue dado de alta y se encuentra bajo la custodia de su abuela paterna, pues su padre falleció en el incendio y su madre está hospitalizada.