Pese a que no se estrena todavía en las salas de cine, el documental Fahrenheit 9/11, del estadounidense Michael Moore, ya provoca reacciones en esta ciudad. 
 
La firma Cinemark ha mostrado su indignación por la proyección del documental, antes que se estrene en las salas de cine, durante la realización del primer Foro Social Américas, que reunió la semana pasada en Quito a miles de activistas de izquierda, indígenas, y representantes de derechos humanos. 
 
En esa cita, como parte de las decenas de actividades, se proyectó de manera gratuita una copia de la película en las salas de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, lo que ha provocado la molestia de la gerencia de Cinemark. 
 
Los miles de espectadores, que fustigaron en el Foro al gobierno estadounidense y a organismos internacionales de crédito como el FMI, catalogaron al documental como   una pieza que demuestra la política imperialista de los Estados Unidos, entre otras alabanzas. 
 
Yo tengo los derechos de distribución en el país y la gente de la Casa de la Cultura debe responder por esta ilegalidad, dijo el gerente de los cines, Steve Wright, citado el miércoles en entrevista con diario Hoy. 
 
Afirmó que incluso ha pensado en demandar al organismo ante la ley por difundir ante miles de personas una   copia pirata del filme. 
 
El cine en Ecuador se mantiene agonizante debido al desmedido incremento de la piratería. Mientras una entrada a los cines oscila entre los 4 y 5 dólares, las calles son inundadas con copias ilegales de películas que aún no se estrenan en las salas de proyección, y a costos de 1 dólar, o menos. 
 
Esto ha provocado el cierre de decenas de salas de cine, que han transformado sus edificios en iglesias o restaurantes. 
 
Empresarios de disqueras, librerías, y cines, están tratando sin éxito de reducir la piratería, que incluso es uno de los puntos más importantes entre los países andinos que buscan firmar un Tratado de Libre Comercio, con los Estados Unidos.