Las comunidades costeras solicitaron que se apruebe una ley para preservar el ecosistema manglar.

“Cómo no he de quererte tierra mía si eres mi sangre, eres mi hijo, eres mi madre, mis sentidos, cómo no he de poner mi cuerpo y alma de murallas, que detengan la crueldad de tu agonía...”. El mensaje de los pescadores y concheros de cuatro provincias quedó plasmado en una pared para revelar sus sentimientos, su frustración y su rechazo a la tala del manglar.

La elaboración de este mensaje fue parte de las actividades que se realizaron en los cantones de Sucre y San Vicente por conmemorarse el Día de la Defensa del Manglar e iniciar la campaña denominada “Libertad para el manglar”, el pasado lunes.

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A la cita acudieron quienes se autodenominan ancestrales usuarios del manglar, aquellos que pasan horas enteras con el lodo a veces hasta la cintura para recoger conchas, cangrejos, larvas o pescar en los alrededores de estos árboles.

Bailes, luces y misa

Más de doscientas personas de toda edad, provenientes de las cuatro provincias que cuentan con este recurso: Guayas, El Oro, Manabí y Esmeraldas, participaron en los debates, la reforestación, vigilia, elaboración de murales y misa en el Día del Manglar.

La delegación esmeraldeña fue una de las más activas y numerosas, incluso llevó grupos de marimba.

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Las bailarinas rompieron la habitual tranquilidad nocturna de la ciudadela Mangles 2000, de Bahía de Caráquez; alrededor de una fogata los jóvenes realizaron bailes ancestrales bajo el contagioso ritmo de las marimbas.

De la música se pasó a la vigilia. Los asistentes, con antorchas en mano y a bordo de una gabarra y una veintena de pangas, navegaron por el estuario del río Chone, en una vigilia simbólica por el manglar.

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En San Vicente, el grupo fue recibido con fuegos artificiales y se ofició una misa para orar por la conservación de los manglares.

El alcalde de San Vicente, Omar Hurtado, dijo que el manglar es parte del ecosistema y por eso las autoridades deben involucrarse en su cuidado y preservación.

Destacó que incluso un colegio de esta localidad se denomina Manglar. Uno de los objetivos de este plantel es inculcar a los estudiantes la preservación de este ecosistema.

Según voceros de la Coordinadora Nacional para la Defensa del Manglar (Condem), que organizó el evento, la provincia de Manabí ha sido una de las más afectadas por la tala del manglar.

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“Es un refugio de vida silvestre; aquí viven diversos tipos de aves, peces, moluscos y crustáceos que son el alimento de miles de familias”, dijo el técnico Giovanni Acosta.

Los festejos se prolongaron hasta la madrugada, entre luces, ritmo de marimba y bailes; al día siguiente todos volvieron a sus comunas, su rutina diaria, su sacrificio.
Solo quedó como testigo, la leyenda en la pared.