El papa Juan Pablo II invitó ayer a buscar la verdadera riqueza y recordó que “no es la constituida por bienes materiales, sino la espiritual que consiste en reconocer la primacía de Dios en nuestras vidas”.
Antes de dirigir el rezo del Ángelus en su residencia veraniega de Castelgandolfo, a 30 kilómetros al sur de Roma, el Pontífice instó a los fieles a que el Evangelio sea la guía de “cada elección cotidiana”.
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“Singular testimonio y ejemplo de esta riqueza espiritual es María, que se define sierva del Señor y se abandona totalmente a la voluntad divina”, dijo el Papa.
Camino de santidad
Con voz clara animó a las miles de personas congregadas en el patio central de Castelgandolfo a seguir “el sendero arduo pero liberador de la santidad cristiana”.
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El Pontífice señaló que pedirá esta gracia “para todos los creyentes en mi peregrinaje a Lourdes”, previsto para los próximos 14 y 15 de agosto. Luego, viajará al santuario de Loreto, 300 kilómetros al este de Roma, donde beatificará a tres miembros de Acción Católica, como el sacerdote Pedro Tarrés y Claret.