El codescubridor de la estructura del ADN, Francis Crick, quien murió en San Diego (EE.UU.) el pasado miércoles a los 88 años, dejó tras de sí un valioso legado científico que se aplica desde la criminología hasta la agricultura.

Crick, de origen británico, falleció en el hospital Thornton de la  Universidad de California, San Diego, tras una larga batalla contra un cáncer  de colon.

El descubrimiento de Crick, conocido como estructura de “doble hélice”, fue la piedra de toque de los avances que han hecho cotidianos los análisis del ADN en las pruebas de paternidad, en los juicios por asesinato o en la creación de nuevas variedades de cosechas.

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Se trata de una estructura que también está en el centro de un debate ético relacionado con la manipulación genética del código del ácido desoxirribonucleico (ADN). Pero antes de que la biología molecular tuviera ese nombre, el interés de Crick en esa área limítrofe entre la materia viva y la inerte generó  avances impensables en ese entonces.

En 1962, Crick ganó el premio Nobel junto al estadounidense James Watson por sus trabajos para descifrar la estructura del ADN, llave de la genética moderna.

La muerte de Crick la recibió con pesar  su compañero de trabajo, Watson, el científico parlanchín y doce años más joven con el que se lanzó en 1951 a un estudio genético que produjo el descubrimiento de la estructura del ADN.

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“Siempre recordaré a Francis por su inteligencia extraordinariamente centrada y por las muchas maneras en que me demostró su bondad e impulsó mi confianza en mí mismo”, indicó Watson  en un comunicado.

El presidente del Instituto Salk, Richard Murphy, añadió que Crick, que ocupaba un puesto de profesor emérito y había presidido también la institución, “será recordado como uno de los científicos más brillantes e influyentes de todos los tiempos”.

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Vocación

Hijo de un fabricante de zapatos, Crick encontró su vocación en un área desconocida siguiendo lo que llamaba la prueba del cotilleo. “Uno siempre cotillea de lo que más le interesa”, dijo.

En su caso era de biología molecular y del funcionamiento del cerebro, por lo que procedió a enseñarse a sí mismo química y biología, una preparación detenida por la Segunda Guerra Mundial.

Su dedicación posterior  llevó a Crick, entonces de 36 años, y a Watson, de 24, al descubrimiento de la “doble hélice” mientras trabajaban en el Laboratorio Cavendish de la Universidad de Cambridge, Inglaterra.

En un artículo publicado en la revista Nature el 25 de abril de 1953, Crick y Watson explicaron que el ADN tiene una compleja estructura helicoidal que “sugiere de inmediato la posibilidad de un mecanismo de copia para el material genético”.

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Una estructura que su segunda esposa, Odile Speed, representaría en unos primeros dibujos con forma de dos escaleras retuertas en forma de hélice, convertidos así en la representación más conocida del ADN.

Los científicos Crick y Watson mostraron que los genes de un ser humano están formados por ADN y no por proteínas, como se pensaba antes.