El bailarín argentino Julio Bocca y su compañía, el Ballet Argentino, deslumbraron la noche del pasado lunes al público de Nueva York, con su impecable presentación y control de movimientos en el estreno en Estados Unidos del seductor espectáculo Bocca tango.
En una función a casa llena y a beneficio de la Fundación Julio Bocca, los bailarines argentinos cautivaron a la audiencia con sus representaciones de un repertorio de los mejores tangos tradicionales argentinos.
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Composiciones del maestro Astor Piazzolla, entre ellas Oblivion, Invierno porteño, Romance del Diablo, Michelangelo 70 y Balada para un loco, fueron divinamente interpretadas por la orquesta de ocho músicos que dirige Julián Vat.
Las sensuales coreografías de Ana María Stekelman -una coreógrafa que deleita con su mezcla de tangos tradicionales argentinos y baile moderno- parecían hechas a la medida de la bailarina principal, Cecilia Figaredo, y toda la tropa de Ballet Argentino.
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Desde el primer minuto florece el genio del espectáculo, que abre con proyecciones de video de vistas de Buenos Aires y el cantante Guillermo Fernández interpretando el clásico de Carlos Gardel, Mi Buenos Aires querido.
Una lírica explicación del tema Sueños de Juventud por la cantante Viviana Vigil anticipa la esperada entrada a escena de Bocca quien, como si se tratara de un extraño objeto de veneración, efectúa rituales de danza alrededor de una mesa negra.
Los platos fuertes de la primera parte son, sin duda, El último café y Romance del Diablo, dos piezas en las que los cuerpos desnudos de Figaredo y Bocca se fusionan en un delirante juego de contorsiones y piernas entrelazadas, como si representasen el preludio de un acto de amor.
En la segunda parte de la presentación se desvela la orquesta, Octango, hasta entonces oculta tras bastidores, y se producen los dos solos más impactantes y ovacionados de Bocca: Balada para un loco y Años de soledad, ambos con música de Piazzolla.
Ambas piezas auguran que Bocca, que se ha propuesto retirarse a los 40 años de edad, dejará los escenarios en uno de sus mejores momentos, cuando el control y la madurez profesional de 25 años de trayectoria artística están en la cúspide.
Una ovación de pie por parte del público pone fin al espectáculo Bocca tango.