La compañía Chevron Texaco, además de fundamentar en el juicio que las labores de remediación se cumplieron satisfactoriamente, abrió nuevos frentes de defensa, como responsabilizar a la estatal Petroecuador por la supuesta contaminación en los últimos catorce años, y plantear una demanda de arbitraje en Estados Unidos contra el estado ecuatoriano, por corresponsabilidad en el manejo de los campos petroleros.