Los ecuatorianos estamos convencidos de que la corrupción avanza con el actual gobierno, y no hay autoridad que intente por ética moral, dar solución a este gravísimo mal incurable.

La corrupción no es solo dolo, atraco, malversación, tráfico de influencias, negar las justas reivindicaciones de los más necesitados (jubilados, desempleados, educandos...), sino acallar la serie de denuncias contra la gran mayoría de las autoridades del régimen.

Lo más grave es que los corruptos terminan premiados por sus superiores y con el silencio del coronel Lucio Gutiérrez. Estos ejemplos se ven a diario en la educación, donde los más débiles (padres de familia y educandos) suelen ser perjudicados por rectores, directores y autoridades educativas que terminan solapando a malos elementos que denigran la educación.

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Prof. Vicente Pérez Moriel
Guayaquil

Es evidente que con todo lo que sucede en el país, nuestros gobernantes –tomando como líder al presidente Gutiérrez, su gabinete, los diputados, la Corte Suprema de Justicia, los militares– piensan que los ecuatorianos no tenemos dignidad.

Pero la realidad es otra, nos sentimos oprimidos, ya que lo manejan todo de acuerdo a sus intereses; para ellos lo anormal es normal, y lo ilógico es lógico. ¿No es de sentido común pensar que los reclamos de los jubilados son razonables ya que piden su plata ahorrada durante mucho tiempo de trabajo? ¿No es de sentido común pensar que no habiendo dinero, el Presidente y los diputados no deberían aumentarse sus sueldos?

¿No es de sentido común pagar al día a los maestros, médicos, como se pagan el Presidente, diputados, Banco Central, Petroecuador? ¿No es de sentido común que la inseguridad, desempleo, violencia, es debido a la pobreza, gobiernos corruptos, injusticias?

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Dr. Jorge Vargas
Guayaquil