Grecia, un equipo que parecía destinado a caer en la primera fase de la Eurocopa, dio una de las mayores sorpresas de la historia futbolística al ganar el torneo, tras derrotar este domingo en el Estadio da Luz de Lisboa a Portugal (1-0), con un gol de Angelos Charisteas en el minuto 57.
El conjunto heleno, que no había ganado antes de acudir a Portugal ningún partido en dos participaciones en torneos mayores (Eurocopa-80 y Mundial-94), se convirtió además en el segundo equipo que logra ganar una final a una selección local en un torneo mayor, tras Uruguay en el Mundial de Brasil-50.
Además, Grecia fue la bestia negra de Portugal en el torneo, a la que ya había derrotado en la primera fase, en el partido inaugural (2-1) y dejó a todo un pueblo sin una celebración con la que había empezado a soñar.
Fiel a su estilo de juego, a la italiana, con un defensa y un centro del campo organizado y muy disciplinado, mérito del técnico alemán Otto Rehhagel, Grecia maniató a todas las estrellas lusas durante los 90 minutos, sin que gozaran de grandes ocasiones, hasta que marcaron su tanto en el segundo tiempo.
El gol de Charisteas, en el 57, llegó al rematar de cabeza un córner sacado por Angelis Basinas. Este era el tercer tanto del delantero del Werder Bremen en el torneo, después de los marcados contra España, en la primera fase (1-1), y frente a Francia en cuartos de final (1-0).
En sus partidos de cuartos de final, semifinal y final, Grecia no recibió ningún gol, ganando sucesivamente, con el mismo resultado (1-0), a Francia, República Checa y Portugal.
Con este resultado, la generación de oro portuguesa, de la que quedaban en esta selección Rui Costa, que se despidió del equipo nacional tras entrar en la segunda parte, Fernando Couto y Luis Figo, perdió su última oportunidad de hacer algo grande.
Pese a todo este fue el mejor resultado portugués de la historia, tras haber alcanzado las semifinales en el Mundial de 1966 y en las Eurocopas de 1984 y 2000.