Durante su larga permanencia en Nueva York, la guayaquileña Leticia Guerrero Valenzuela, quien fungía de cónsul en dicha ciudad, trabó amistad con un importante grupo de artistas latinoamericanos que habitaban en la gran metrópoli. Leticia se volvió un destacado personaje entre la diáspora neoyorquina e hizo amistad con varios artistas, entre ellos Luis Molinari-Flores, quien entonces residía en Nueva York; César Paternosto, Leonel Góngora y Vita Giorgi, dan testimonio del ambiente cultural latinoamericano en Estados Unidos.
Leticia, asimismo, colaboró directamente en la organización de exposiciones de gran importancia, como Corrientes abstractas del Ecuador, realizada en el Centro para Relaciones Americanas, y con gran generosidad acogió a jóvenes artistas como Ramiro Jácome.