El renombrado director Lars von Trier, genio creador de Dogme 95 (grupo de cineastas que sostenía en uno de sus principios básicos la necesidad de que el cine se atuviera a filmar exclusivamente de manera realista o más aún, naturalista), se aleja un poco de las rígidas reglas de ese movimiento para entregarnos un interesante experimento fílmico, una atrevida obra maestra que indudablemente muestra interés en extender los límites del medio cinematográfico.