Un avión estadounidense disparó este sábado misiles contra un vecindario pobre de la convulsionada ciudad de Faluya, matando a por lo menos 20 personas y derribando viviendas, dijeron un jefe policial y residentes del área.
Los militares estadounidenses se negaron a efectuar comentarios.
Por otra parte, soldados de la ocupación se enfrentaron con insurgentes en el noreste de Bagdad en el cuarto día de un combate que ha matado al menos a seis iraquíes y un soldado de la ocupación, dijeron testigos y el ejército norteamericano.
En el sur de Iraq, una bomba colocada en una carretera mató a por lo menos dos personas, entre ellas a un funcionario de seguridad portugués.
Al menos 20 cadáveres fueron llevados para sepultar al cementerio de los mártires de Faluya, de acuerdo con la tradición islámica de enterrar a los muertos rápidamente.
Entre los muertos había por lo menos tres mujeres y cinco niños.
A las 09h30, un avión estadounidense lanzó dos misiles en esta área residencial, expresó el jefe policial de Faluya Sabbar al-Janabi.
Decenas resultaron muertos y heridos. Las imágenes hablan por sí mismas, declaró mientras visitaba el área.
No quedaba claro cuál fue el objetivo del ataque, pero funcionarios estadounidenses han manifestado que el terrorista jordano Abu Musab al-Zarqawi podría estar escondiéndose en la ciudad. El comando militar estadounidense se negó a efectuar comentarios.
En Bagdad, un grupo de insurgentes disparó el sábado tres morteros en el área occidental de la ciudad, hiriendo a un policía y dos civiles, dijo Adnan Abdul Rahman, portavoz del ministerio del Interior.
También en la capital del país, un cohete cayó contra una pequeña mezquita, haciendo un agujero en el edificio y destruyendo un automóvil que estaba estacionado, aunque no causó víctimas humanas, dijo un testigo ocular a la Associated Press Television News.
En Faluya, trabajadores rescatistas llegaron al lugar del ataque en busca de otras víctimas.
Al menos dos casas fueron destruidas y otras seis dañadas en el área residencial donde viven pobladores de escasos recursos.
Un chorro de agua emanaba de un cráter de unos seis metros frente a una de las viviendas destruidas, al parecer donde cayó uno de los misiles.
Los enfurecidos residentes acusaron a los estadounidenses de intentar de provocar el mayor daño posible disparando dos misiles: el primero para atacar, el otro para matar a los rescatistas.
La cantidad de víctimas es tan elevada porque después del primer misil corrimos a rescatar a las víctimas, dijo Wissam Alí Hamad.
El segundo misil mató a los que intentaban llevar adelante el rescate, sostuvo.
Los infantes de la marina estadounidense se retiraron de Faluya a finales de abril, después de tres semanas de enfrentamientos que comenzaron cuando fueron asesinados y luego mutilados cuatro contratistas de seguridad estadounidenses.
Diez marines y cientos de iraquíes, muchos de ellos civiles, murieron en medio de esas hostilidades, que terminaron cuando la seguridad de la ciudad fue entregada a una fuerza iraquí.
Las autoridades estadounidenses han expresado que al-Zarqawi podría estar escondiéndose en la ciudad.
Al-Zarqawi ha sido responsabilizado por una serie de ataques con coches bombas en Irak, entre ellos el que el jueves mató a 35 personas e hirió a 145 en un centro de reclutamiento militar iraquí en Bagdad.
Los enfrentamientos del noreste de Bagdad comenzaron el miércoles en Buhriz, localizada en las afueras de Bakuba, a unos 55 kilómetros al noreste de Bagdad.
Desde entonces, continuaron intermitentemente los combates en el área Bakuba y se expandieron el sábado hacia Tahrir.
El doctor Nassir Jawad, del Hospital General de Bakuba, manifestó que al menos seis iraquíes murieron y 54 resultaron lesionados en los enfrentamientos de Buhriz.
En el sur de Iraq, una bomba colocada en una carretera mató a por lo menos dos personas, incluyendo a un funcionario de seguridad portugués que trabajaba para la compañía estatal Oil Products Co. y a un policía iraquí que lo custodiaba, explicó el capitán de la policía Diaa Hussein.
La cancillería de Portugal identificó a su ciudadano como Antonio José Monteiro Abelha, de 36 años, oriundo de Elvas, en el suroeste de Portugal.