Las muertes de un tercio de los menores en Europa se deben principalmente a cinco factores, dice la Organización Mundial de la Salud.
En un estudio publicado en la revista médica británica The Lancet, la OMS señala que estos factores son la contaminación del aire interior y exterior, el consumo de agua contaminada, las intoxicaciones por plomo y las lesiones, en su mayoría, producidas por accidentes.
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La organización describe el informe como la primera evaluación importante sobre el impacto general del medio ambiente en la salud infantil en Europa.
Las conclusiones serán discutidas por los ministros de 52 países la próxima semana en Budapest.
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Se espera que los ministros adopten el Plan de Acción para el Medio Ambiente y Salud Infantil en Europa, Cehape (por sus siglas en inglés), después de la discusión.
Peligros
Contaminación de aire exterior e interior, agua contaminada, lesiones por accidente, e intoxicación con plomo, son los principales riesgos a los que se exponen los menores.
El informe, titulado Carga Ambiental sobre las Enfermedades, fue elaborado por dos instituciones italianas, la Universidad de Udine y el Instituto para la Infancia Burlo Garofalo de Trieste.
Este afirma que el 34% de las muertes entre europeos, desde que nacen hasta los 19 años, son atribuibles a cinco factores. La causa principal son las lesiones, en su mayoría accidentales.
Un gran número de niños en el continente también pierde la vida en incendios, ahogados, o envenenados.
A través de Europa (que la OMS describe como empezando en el Asia Central) la contaminación del aire mata hasta 13.000 niños menores de 4 años, cada año.
Sin embargo, la contaminación del aire interior, producida por el uso de combustibles sólidos, cobra la vida de más de 50.000 menores de un año.
El informe opina que si en los hogares se reemplazaran los combustibles sólidos por combustibles líquidos o gaseosos, se podría salvar las vidas de más de 9.000 niños al año. Más de dos millones de personas en la región europea de la OMS no tienen acceso al agua potable, lo que expone a los niños a enfermedades de alto riesgo vinculadas a la diarrea.