La producción gira en torno a una catástrofe climatológica en la que, paradójicamente, el calentamiento global produce un efecto inverso que lleva a la Tierra a una nueva Edad Glacial.
Materializar sobre la pantalla los peores presagios para la humanidad siempre ha sido uno de los filones preferidos del cine norteamericano más comercial. De hecho, la suma de las películas que cuentan cómo una ciudad o el planeta entero se asoma al precipicio de la destrucción, debido a las fuerzas ingobernables de la naturaleza y a la impotencia evidente del ser humano, ha sentado las bases del llamado cine de catástrofes. El día después de mañana se somete a conciencia a las convenciones de este género espectacular, incluso se diría que es algo así como un compendio de los desastres naturales escenificados por el cine con anterioridad (Twister, Armaggedon, Deep impact). Hay tornados, tormentas descomunales, inundaciones, pero sobre todo hay algo así como una glaciación repentina ocasionada al parecer por la acumulación de desastres ecológicos a gran escala de los que se viene hablando.
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El día después... gira en torno a una catástrofe climatológica en la que, paradójicamente, el calentamiento global produce un efecto inverso que lleva a la Tierra a una nueva Edad Glacial. Esta tragedia es pronosticada por Jack Hall (Dennis Quaid), un sagaz “paleometeorólogo” que estudia la evolución del clima a lo largo de la historia del planeta. Desde luego nadie le cree, y el gobierno de Estados Unidos ignora los primeros signos de que algo serio está sucediendo. Claro, para cuando quieren resolver el problema, es demasiado tarde. Y ¿qué hace entonces el científico? Ir en busca de su hijo Sam (Jack Gyllenhaal), que se encuentra atrapado en la ciudad de Nueva York, naturalmente. Así, presenciamos simultáneamente los esfuerzos de Sam y sus amigos por permanecer vivos en medio de la peor nevada de la historia, y de Jack luchando contra los elementos en su desesperada carrera rumbo a la otrora gran ciudad.
Al igual que en las previas películas de Roland Emmerich (Stargate y Día de la Independencia), los elementos fantásticos se respaldan con un drama personal, que pretende darnos un centro emocional para que logremos “humanizar” la devastación. Pero cuando dicho centro emocional es tan ridículamente predecible como el de El día después de mañana (el clásico padre arrepentido de dedicar más tiempo a su carrera que a su familia, trata de compensar sus años de abandono reconciliándose con su hijo por medio de un acto heroico), usualmente la película se desmorona. Sin embargo, el despliegue de magia técnica (digital) con el que se plasman las increíbles imágenes de destrucción y catástrofe es sencillamente arrollador, y no se puede evitar el dejarse llevar por el espectáculo, a pesar de que no se tiene interés alguno en los personajes y sus tragedias.
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Pero a pesar de todas estas quejas, disfruté mucho de esta cinta. Sus impresionantes efectos especiales mantienen un perfecto equilibrio en la línea que divide realismo científico y ridícula exageración, y son de lo mejor que se pueda ver este año en el cine. No puedo elogiar la trama o las actuaciones, que no son necesariamente malas, sino simplemente funcionales y secundarias. Pero pocas veces se puede ver tal derroche de técnica y estética visual, por lo que puedo recomendarla para quienes busquen fácil distracción, donde la muerte de millones de personas ocupe un segundo plano frente a los impresionantes efectos devastadores de la naturaleza. Después de todo, esto es lo que busca Hollywood.
Lo más irónico y divertido de la entrega fue ver que, frente a este cataclismo climático, millones de estadounidenses debieron precipitarse a territorio mexicano, intentando escapar del congelamiento. Pero México decide cerrar la línea fronteriza por la incapacidad de albergarlos. Desesperados, los estadounidenses dejan atrás sus fortunas e intentan cruzar a nado el río y convertirse en ilegales. Finalmente, Washington logra la apertura de la frontera a cambio de borrar la deuda externa del tercer mundo. Pese a lo absurdo del argumento, la respuesta del auditorio a este condono fue exultante. Los espectadores comenzamos a vitorear y todos terminamos convertidos en globalifóbicos, al menos hasta que los hielos comenzaron a enfriar los aplausos.
FICHA TÉCNICA
Título original: The day after tomorrow
Título en español: El día después de mañana
Dirección: Roland Emmerich
Elenco: Dennis Quaid (Profesor Jack Hall), Jake Gyllenhaal (Sam Hall), Ian Holm (Terry Rapson), Emmy Rossum (Laura), Sela Ward (Dra. Lucy Hall), Dash Mihok (Jason Evans), Jay O. Sanders (Frank Harris), Austin Nichols (J.D.), Arjay Smith (Brian Parks) y Tamlyn Tomita (Janet Tokada).
País: Estados Unidos.
Año: 2004
Género: Thriller y ciencia ficción
Duración: 124 minutos.
Guión: Roland Emmerich y Jeffrey Nachmanoff; basado en un argumento de Roland Emmerich.
Producción: Mark Gordon y Roland Emmerich.