El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) renovó su compromiso con el desarrollo de Latinoamérica y el Caribe sobre la base del fortalecimiento de la democracia y avances en el sistema económico, político y social.
 
En una declaración del presidente del BID, Enrique Iglesias, difundida este viernes, en el inicio de la III Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de Latinoamérica, el Caribe y la Unión Europea (UE), se destacó la labor de apoyo del organismo a la región en el combate a la pobreza, la exclusión y la desigualdad.
 
El número de operaciones del banco en los sectores sociales aumentó de un promedio del 28 por ciento entre 1985-94 al 41 por ciento entre 1995-2002 y pasó de un volumen anual de préstamos de 1.124 millones de dólares en el primer período a 2.888 millones por año en el segundo.
 
Esta orientación fue reforzada el año pasado, cuando más del 52 por ciento del volumen de operaciones aprobadas por el banco estuvieron dirigidas a sectores sociales y de reducción de pobreza, sin incluir los préstamos de emergencia.
 
"Pero también debemos hacer más y hacerlo mejor. Esta cumbre es un buen momento para renovar nuestro compromiso con la región y nuestra colaboración con la Comisión Europea y otras agencias que trabajan por el desarrollo de América Latina y el Caribe", afirmó Iglesias.
 
El presidente del BID hizo hincapié en que el desarrollo de la región no depende sólo de mejoras macroeconómicas, sino también de avances en la cohesión y la participación social, así como en la gobernabilidad y el fortalecimiento de la democracia para que el crecimiento llegue a toda la población.
 
"En la década recién pasada la región hizo un esfuerzo notable por estabilizar sus economías y mejorar los indicadores sociales. Si bien estos esfuerzos mejoraron el bienestar de muchos, no lograron todos sus beneficios esperados, especialmente en términos de reducción de la pobreza y crecimiento económico acelerado", señaló.
 
Iglesias precisó que, en el inicio del siglo 21, Latinoamérica tiene un tercio de la población (180 millones de personas) viviendo en condiciones de pobreza y está rezagada en cuanto al cumplimiento de reducirla a la mitad de acuerdo con las Metas del Milenio.
 
"Terminamos la década de los 90 con logros en términos de reformas financieras y comerciales profundas, pero que no se tradujeron en mayor crecimiento (ya que) el promedio anual de aumento real del producto per cápita sólo alcanzó al 1,5 por ciento en la década y la productividad cayó", dijo.
 
Sin embargo, destacó que la región sí avanzó en gobernabilidad democrática, estabilidad macroeconómica y control de la inflación, el fomento del comercio y la integración regional y en políticas de combate a la pobreza.
 
Estos logros "crean un ambiente favorable al cambio y abren ventanas de oportunidad para la acción" y, en el corto plazo, la recuperación económica que se observa y la transición demográfica, en el mediano plazo, "deberán proporcionar recursos crecientes para combatir la desigualdad y la exclusión".
 
Además, Iglesias destacó el modelo de integración económica y social de la UE y dijo que "tiene mucho que ofrecer" a Latinoamérica debido a que está basado en el concepto de cohesión social, que es fundamental para "un desarrollo económico, político y social sostenible".