La bacteria clostridium produce una toxina (veneno) llamada botulínica, que bloquea los mensajes normales entre los músculos y los nervios y afecta a los músculos de todo el cuerpo. La toxina lesiona primero a los músculos intestinales.
Esta enfermedad ocurre en todo el mundo y el 98% de los casos se presenta en niños que tienen entre uno y 6 meses. Es imposible impedir la mayoría de los casos de botulismo infantil.
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