La flamante princesa de Asturias, Leticia Ortiz, ofreció este sábado a la Virgen de Atocha, protectora de la familia real, su ramo de novia, cumpliendo la tradición de la realeza española de ofrecerle una de sus galas de novia.
 
Letizia Ortiz y el príncipe Felipe de Borbón, heredero de la Corona  española, fueron recibidos en el altar de la basílica por el cardenal arzobispo  de Madrid, Antonio María Rouco Varela, quien pocos minutos antes los había  casado en la catedral de La Almudena.
 
La novia entregó su ramo a un sacerdote, quien ceremoniosamente lo colocó  en el altar ante la imagen de la virgen "morena" de 79 centímetros, mientras el  coro de la Fundación Príncipe de Asturias, institución que concede los premios  anuales que llevan por nombre el título del heredero de la Corona española,  llenaba la basílica con cantos litúrgicos.
 
Los novios tuvieron que acceder al templo por la puerta lateral, debido a  la lluvia que durante la mañana cayó sobre Madrid, encharcando la inmensa  alfombra roja colocada en la puerta principal de la Basílica.
 
Tras una breve ceremonia, de nuevo oficiada por el cardenal Rouco Varela,  los novios, probablemente animados por los claros que parecían abrirse en el  cielo de Madrid, decidieron salir por la puerta principal del templo, donde  fueron vitoreados por cientos de personas, la mayoría de ellas adolescentes y  tercera edad.
 
Los novios habían llegado hasta la basílica, cercana a la estación de  Atocha, uno de los blancos de los atentados de Madrid que causaron 191 muertos,  a bordo de un Rolls Royce, que recorrió algunas de las principales calles del  centro de Madrid, escoltado primero por motoristas de la guardia real,  relevados a medio camino por lanzeros y coraceros a caballo.
 
Tras finalizar la entrega del ramo, la pareja volvió por el mismo camino  hacia el Palacio Real, donde les aguardan alrededor de 1.600 invitados para  comenzar el banquete nupcial, mientras asomaban algunos rayos de sol por el  cielo de la capital.