Son 20 chaperonas que trabajan para la Organización Miss Universo las que están pendientes de todo lo que hacen las 80 reinas de belleza, desde que se despiertan, muy temprano, hasta que terminan todas sus actividades diarias, a la medianoche.

“Nuestro trabajo es que las muchachas estén bien cuidadas, seguras y que no las molesten personas que no deben estar a su alrededor, ya que ellas son muy jóvenes y provienen de otras culturas”,  explica Roselie Monte, gerenta de Candidatas, quien dirige a las 20 chaperonas o supervisoras, como ella prefiere llamarlas.

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Cuando las reinas de belleza transitan por el lobby del hotel Marriott, donde están hospedadas desde el jueves pasado, una mujer de entre 35 y 55 años está junto a ellas, sin excepción, y es preciso prestar mucha atención para conocer cuáles son sus movimientos. Camina rápido, junto a las candidatas, y procura que las jóvenes se dirijan directo al lugar donde son requeridas, sin distracciones.

La Organización tiene una planta de chaperonas que trabajan en los tres concursos que organiza: Miss Teen USA, Miss USA y Miss Universo. Las seleccionadas para este último son quienes tienen experiencia en los tres certámenes y hablan más de dos idiomas. “Tiene que ser una mujer que pueda dejar a su familia y viajar; si tiene esposo, debe ser muy comprensivo porque estará varios meses al año fuera de su casa”, afirma Roselie, quien, cuando no trabaja para el concurso, cuida su casa y se dedica a sus hijos y nietos.

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Fue ama de casa hasta que en 1990, una amiga la recomendó para trabajar en la Organización Miss Universo. Catorce años después, Roselie ha viajado por todo el mundo y tiene muchas experiencias que contar, pero prefiere hablar sobre Ecuador, sus paisajes y la comida, que le parecen muy agradables.

Una condición  importante para ser chaperona es dejar las necesidades personales en un segundo plano porque la principal prioridad son las jóvenes postulantes al cetro.

La misión de cada una de ellas es cuidar de cuatro candidatas las 24 horas del día, incluso en los actos públicos en los que participan, además de organizar a las aspirantes para que cumplan con los ensayos, las pruebas de maquillaje y vestuario.

Otro requisito es ser mayores que las candidatas. En el caso del concurso Miss Universo, deben superar los 27 años pero, en la práctica, la mayor parte de las chaperonas no son menores de 45.

“Son mujeres que han criado una familia, que han sido exitosas en sus carreras, pacientes y dispuestas a aceptar otras culturas. La gente joven usualmente no reúne todas esas cualidades”, asevera.

En los meses previos a los concursos, Roselie trabaja en su casa y busca información sobre las candidatas. Pacta reuniones con funcionarios de la Organización Miss Universo, habla con  las chaperonas y prepara su retorno al mundo de la belleza.

“Es difícil, pero te acostumbras, sabes que solo es por un tiempo y se convierte en una experiencia realmente gratificante”, concluye.