Un grupo de alumnos del Centro de Estudios  Ecomundo busca introducir  en el estero Salado crustáceos de las especies chasqueadores y violinistas.

En una pequeña pecera llena de piedritas de colores, un poco de agua y bolas de lodo, Nana y Alfa se alimentan con hojas de manglar y de vez en cuando comen algo de alimento balanceado.

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Nana y Alfa son, respectivamente, un cangrejo hembra y uno macho de la especie chasqueadores, conocida así por chasquear sus tenazas cuando se enojan.

Sus vecinos, repartidos en otras dos peceras, son otros 21 chasqueadores y 30 cangrejitos llamados violinistas porque los machos tienen su tenaza en forma de ese instrumento musical.

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Todos estos pequeños crustáceos son parte del proyecto Granja de cangrejitos que el profesor Poncho Franco realiza con 50 alumnos del 7º y 5º año de Educación Básica del Centro de Estudios Ecomundo.

El objetivo es implantar en las riberas del estero Salado, adyacentes a Ecomundo (km 2 de la Av. Juan Tanca Marengo) esas especies para fortalecer la cadena alimenticia de las aves como las garcetas, que llegan a esta parte del manglar y que consumen desechos ante la falta de alimentos naturales, explica Franco.

Fue él quien recogió estas variedades de crustáceos en la isla Santay (frente a Guayaquil), el pasado 24 de abril, para depositarlas en tres peceras acomodadas en una aula del plantel, donde los niños las cuidan y alimentan, y esperan ver pronto su proceso de gestación e inserción al estero.

“Existen hembras y machos que depositan hasta 500 huevecillos del tamaño de la punta de una mina de pluma que eclosionan en 21 días, luego de lo cual esas especies serán introducidas en el hábitat natural para que cuando tengan madurez formen parte del ciclo de vida y de la dieta de las aves del manglar”, agregó.

Un análisis del agua determinó que existe un grado de contaminación, pero que se puede introducir esta especie para que forme parte en el proceso de regeneración de la vida en el estero.

Los estudiantes se han familiarizado con los cangrejitos y adquirido el conocimiento de la cría, especialmente las niñas de 7º A. Jamile Manssur, de 11 años, se encarga de alimentarlos a las 07h00 y 14h00, con hojas de manglar, lechuguines y balanceado. Andrea Muñoz (12) y Melissa Egas (11) limpian la pecera dos veces por semana. En esta labor ayuda Arianna Román (10).

Los alumnos reciben asesoramiento de Patricio Tamariz Dueñas, director de la Facultad de turismo del EcoTec, y de Nancy Hilbert, catedrática del centro de estudios.

Franco espera el éxito del proyecto para continuarlo y llevarlo a cabo con otras especies.