Un resbalón de la actual monarca Amelia Vega, gritos, tumultos, y caos, se registraron a la llegada y en el desfile de las candidatas a Miss Universo en Cuenca, bella ciudad colonial.
 
La dominicana Amelia Vega, Miss Universo 2003, la primera de las beldades que hizo su aparición en el avión, en su arribo al aeropuerto Mariscal Lamar, de Cuenca, al salir tuvo un pequeño resbalón que pudo controlar al sujetarse del pasamano. Luego, al ser consultada al repecto por la prensa dijo sonriente: “No hay cómo darse un tropezón, todos tenemos uno”.
 
La llegada de las candidatas al Miss Universo 2004 se realizó en medio de los gritos de 500 estudiantes, la mayoría mujeres, que portaban pequeñas banderas tricolor Susana, Ecuador con Susana, decían, teniendo como música de fondo una tradicional canción de la región, interpretada por una banda militar.
 
El temor de los organizadores cundió al ver que miles de personas se habían alineado a lo largo de las 11 cuadras de recorrido previsto para las candidatas, y que la multitud amenazaba con desbordar el cordón policial.
 
Vestidas con ropa informal, las bellezas hicieron contacto visual con sus admiradores y tocaban sus manos. Eri Machimoto, Miss Japón, rompiendo el riguroso protocolo junto con Miss Egipto, Heba El-Sisy, rozaron sus palmas con las de los entusiasmados ecuatorianos.
 
Qué lindas guaguas (niñas bellas) exclamaban tanto hombres como mujeres en esta ciudad, la tercera en importancia del país, con 600.000 habitantes.

Rápidamente las bellas participantes en el certamen Miss Universo 2004 entraron al edificio municipal donde fueron recibidas por el alcalde Fernando Cordero, y por las ministras Gladys Eljuri, de Turismo, e Ivonne Baki, de Comercio Exterior.

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Aunque los cuencanos coincidieron en que todas las misses son lindas, muchos manifestaron el deseo que el cetro sea para Susana Rivadeneira, la candidata ecuatoriana.
 
Las beldades almorzaron en una hacienda en las afueras de la ciudad antes de su retorno a Quito, donde se hospedan.